Como estamos pocos y la meteorología limita bastante nuestras
opciones optamos por acompañar a los colegas del Takomano en El
Rebollar. Aunque los pronósticos de lluvia y nieve son bastante
intimidatorios finalmente nos sale bien la jugada (nuestros anfitriones
contaban con ello).
Hacemos dos equipos, uno de ellos topografía una zona donde acaban
rebozados de barro, pero ya se había previsto y llevan buzo de repuesto,
lo que no les libra de un frío que parece fuera de lugar y que les hace
pensar en que están cerca de la calle y a
merced de la temperatura exterior.
Un segundo equipo hace una travesía sobre un pozo que, después de
pasar una zona remontante muy estrecha, lleva hasta una gran chimenea
sobre un amplio pozo, bajo el que se escucha el ruido del río. Las
distintas maniobras entre pozos y travesías acaban
por consumir las baterías del taladro, por lo que queda la instalación
montada para terminar otro día. Más tarde vemos desde los niveles
inferiores a donde parece llegar la zona donde hemos estado trabajando.
Como hay tiempo vamos a echar un vistazo al río, donde apreciamos un
caudal que nos parece muy pequeño para lo que debería llevar en régimen
de aguas altas el río principal de una red como esta. Llevamos muchos
días con fuertes lluvias y el caudal que vemos,
aunque crecido, parece más propio de un afluente.
A nuestra salida nos espera una noche más cálida que por la mañana y
tenemos la suerte de no volver a necesitar los paraguas, cosa que es de
agradecer.
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