Una vez más Itxina ha premiado nuestra
perseverancia. El sábado, días 23 de enero, sobre las 23 h, lográbamos
la perseguida conexión entre ambas cavidades. La primera tanda de
intentos la realizamos en el 2008, cuando una serie de desobstrucciones
nos llevó a encontrar una continuación en la sima ITX-147
(Iruagiñeta´ko Leizea). y explorar unas elegantes galerías freáticas. La
intensa corriente de aire nos animó a buscar la conexión con Otxabide y
realizamos numerosas escaladas. La cavidad escondió su secreto hasta la
última de ellas, que dio paso a una corta galería dejándonos a tan
solo unos 20 ó 30 m de conseguirlo con una de las bocas altas de
Otxabide, pero un caos de bloques infranqueable acabó con nuestras
esperanzas.
No fue hasta el 2014 que volvimos
a plantearnos de nuevo la conexión. Revisando las topografías nos llegó
la inspiración, ésta debíamos buscar el camino a ras de suelo y no por
las alturas. La morfología y la cercanía topográfica de ambas galerías,
nos llevó a excavar un túnel en barro, a la desesperada. Comenzamos por
Otxabide, pero cuando habíamos avanzado unos 10 m comenzamos a dudar.
La exigencia de sufrimiento en el túnel era elevada. Meses después
volvimos a la carga, pero atacando desde las dos cavidades. Fue un
acierto, pues nos escuchamos y a partir de ahí nuestra moral se disparó.
Pero el túnel no nos lo quería poner fácil y tras 4 jornadas de pala,
barro, humedad y frio continuábamos sin conectar.
En
nuestro último intento de éste sábado, enviamos un equipo por la 147
(Urko, Ibai, Diego e Iñaki) y otro por Otxabide (Aitor y David). El
equipo de Otxabide estábamos en cuadro para ser lo eficaces que requería
el trabajo, pero nuestra labor fundamental era que el equipo de la 147
(desde donde el excavar el túnel era algo más humano) nos escuchasen, y
de paso excavar todo lo que pudiésemos.
La
primera sorpresa fue el escucharnos hablar entre ambos equipos con
bastante claridad (las dos últimas sesiones de trabajo solo se
realizaron desde la 147). Evidentemente los metros avanzados nos habían
acercado. Pero tras horas de excavar no conseguíamos conectar, a pesar
de escucharnos cada vez mejor. La hora tardía y las fuerzas menguadas,
nos llevaron a concertar entre ambos equipos, parar y dejar la conexión
para otro nuevo intento. Pero la cabezonería y un últimos movimientos
antes de finalizar la jornada nos trajeron el éxito. Sentíamos al equipo
de la 147 un poco a la derecha de nosotros y como por debajo. Así que
clavamos en el suelo la pala y profundizamos unos 40 cm, los dos
primeros intentos fueron en vano, pero al tercero, la pala encontró
oquedad y desde Otxabide gritamos la novedad, segundos después el equipo
de la 147 agarraba el pala. Después de unos gritos de júbilo, cavamos
frenéticamente y un par de minutos después nos veíamos directamente y
otro par de minutos sirvieron para dejar el paso apto para tamaño
humano. Resulta que el equipo de la 147 había excavado unos 3 m. en
paralelo al túnel de Otxabide, afortunadamente la estrategia de enviar
por Otxabide un equipo aunque fuese insuficiente de espeleos, funcionó y
casi en el último minuto pudimos corregir y conectar. Los tres metros
que avanzó el pequeño equipo de Otxabide, también resultaron decisivos
(claro está la sección del túnel se redujo drásticamente apostando por
la conexión y depositando todo el barro retirado de la punta a lo largo
del túnel, sin tenerlo que sacar hasta la zona amplia).
La
alegría de la conexión, se sumó el saber que ya no íbamos a sufrir más
tumbados sobre el barro en aquel túnel. Primero tocó pasar de invitados a
Otxabide al equipo de la 147 y después volvimos a cruzar todos juntos a
la 147, para realizar la foto oficial del equipo que tuvimos la suerte
de conectar (porque en esa foto merecía haber estado más gente).
Después,
cada equipo remontó por su sima de acceso, porteando la herramienta,
cubos, cuerdas…… A las tres de la madrugada estábamos todos juntos de
nuevo en Pagomakurre y descorchando (y dando buena cuenta) de la botella
de champán que llevó Aitor para celebrar la posible conexión.
Con ésta nueva conexión, la red de Itxinape´ko Sarea, supera los 49 km.