Dos bajas de última hora cambian los planes iniciales que nos llevaban a
Itxina y nos encontramos camino de Rasines. Decidimos abordar la
exploración de una vieja incógnita en la Red del Silencio, al fondo de
un afluente de la galería del Sahara,
explorado en 1979.
Hay que avanzar tumbados por un laminador activo, nos vendrá bien encontrarlo con caudal de aguas bajas.
Después de humedecernos y superar un largo paso bajo, para el que
hoy hemos traído pala con intención de ampliarlo, alcanzamos el destrepe
que nos paro hace un par de años. Lo instalamos y continuamos a por la
escalada que los antiguos informes indican
nos espera. Pensamos que estamos cerca, pero pronto descubrimos que el
laminador y el agua nos van a seguir dando fiesta.
Alcanzamos una poza en la que hay que bañarse y tras la que no
adivinamos paso, afortunadamente un meandro estrecho y alto nos invita a
elevar el vuelo.
Soltamos las pesadas sacas para buscar paso en el angosto meandro y
al cabo de unos minutos volvemos a por ellas, hemos localizado una zona
en altura que tiene mejor pinta. Más adelante superamos en libre un
desfonde de unos 10 m. Ponemos mucho cuidado,
no queremos utilizar la cuerda que traemos para escalar.
Treinta metros por delante un nuevo desfonde y el meandro gana
anchura, imposible oposicionar. Instalamos el salto y abajo nos espera
de nuevo el activo, pero no hay que arrastrarse, inclusive avanzamos
erguidos, A los pocos metros observamos huellas de
nuestros predecesores en una terraza de sedimentos. Vaya!! no estamos
explorando zona nueva. ¿Y por dónde pasaron?. Dejamos la resolución de
la duda para la vuelta y avanzamos cómodamente unos cuantos metros más
hasta que el meandro se bifurca. Por la izquierda
se vuelve demasiado estrecho enseguida. El de la derecha presenta una
trepada de 7 m que hacemos en libre forzando un poco. Arriba se
mantienen las dimensiones motivadoras pero pronto llegamos a unas
chimeneas que presentan la morfología de conductos de invasión,
simas que llegan del exterior como nos indican los bloques de arenisca
procedentes de la cobertera del supraurgoniano, que no anda lejana.
Ahora si que hemos llegado a destino. Y también comprendemos porqué no
se ha vuelto aquí en años.
El hallazgo nos enfría un poco. Venimos buscando camino hacia la
lejana RN-103 y por aquí dudamos encontrarlo. Aún así hay 2 ó 3
chimeneas de entre 10 y 20 m de desnivel que pensamos merecen la pena
ser escaladas. Nunca se sabe si podamos localizar un
antiguo paleonivel. La corriente de aire es evidente aunque
posiblemente proviene de esas simas que en el exterior no hemos podido
localizar, a pesar de que la superficie está poblada de dolinas.
En fin, dejamos el resalte equipado y un par de chapas en la última
vertical y nos llevamos todo el material, tenemos pensado volver pero
seguramente no va a ser en las próximas semanas.
A la vuelta despejamos la duda de por donde llegaron. Efectivamente
accedieron por abajo pero el recorrido es muy estresante (más con sacas
y hierros) y hasta aquí tenemos que llegar disponibles, con todo el
material para ponernos a escalar y ya bastante
húmedos y castigados llegamos como para no buscar los pasos más
humanizados.