La meteo augura ausencia de lluvia, buen momento para descender la
RN-37, que funciona como sumidero. Hace unos días, releyendo viejos
partes de salida de 1.983, rescatamos una incógnita pendiente.
A -190 m.p. nos está esperando una ventana en alto del meandro. Se
habían trepado unos 10 m y en alto se observaba una zona amplia, no
accesible sin escalar. Hay muchas posibilidades de que sólo se trate de
un punto en alto del estrecho meandro que toma
anchura pero en su día lo anotamos como posibilidad.
Hasta la base del P-83 tenemos el camino fresco en la memoria
porque hemos estado explorando un par de veces en los últimos meses,
pero de ahí para abajo poco o nada recordamos..... han pasado más de 35
años desde que exploramos.
El meandro es estrecho como lo recordábamos, pero la experiencia
nos ayuda a encontrar el camino. Descendemos 2 pozos más, el último ya
muy incómodo, luego descubrimos que en su día lo superamos por otro
punto un poco más amable.
No tenemos la topo en la mano, pero la amplitud que está registrada
en el informe la tenemos a la vista y no hay duda del lugar a
explorar.
La escalada resulta ser más fácil de lo esperado, también ayuda que
el meandro ya no está húmedo y las oposiciones son seguras. Notamos
aire entrando y ascendiendo claramente, lo que nos da esperanzas.
Tampoco nos extraña, sabemos que por delante tenemos
la Red del Silencio solo que la unión no fue posible debido a la
estrechez del meandro en ambas cavidades.
Nos presentamos escalando hasta unos 6 metros del techo, pero ya
podemos divisar que arriba no hay paso. Nos retiramos lanzando unas
poligonales con el Dixto que nos servirá para completar la
representación gráfica de ésta amplia diaclasa ascendente.
Pensamos que debe tratarse de una sima que llega (¿o quizá una
pérdida de un antiquísimo paleonivel no imaginado?) porque la fina y
seca arena que tapiza el suelo así como las abundantes formaciones
arborescentes y coladas parietales nada tienen que ver
con el paisaje típico que nos ha acompañado en el descenso del sumidero
que es la 37. En cualquier caso damos por necesaria la jornada de
trabajo dedicada. Aunque no hemos encontrado nada nuevo, salvo unos
metros nuevos, el lugar merecía una revisión.
Desequipamos tranquilos, que las pesadas sacas necesitan encontrar
su camino en el estrecho meandro. Una vez en la base del P-83 ya todo es
más fácil. Salimos a superficie de día disfrutando de un atardecer
veraniego.