El parte meteorológico asegurando buen tiempo y la ausencia de lluvias
en los días precedentes nos anima a volver a la galería Cochina para
continuar subiendo en la última escalada que pensamos hacer en éste
sector en el que el río puede llegar
a anegar gran parte de sus galerías.
En la escalada alcanzamos el techo y después de algunas acrobacias
para comprobar que todo queda revisado el 100 % decidimos desequipar la
escalada. Y comenzamos el desequipe, no sin antes descender un poco más
adelante un pozo pendiente de explorar cuya
cabecera habíamos superado mediante un pasamanos en nuestro avance en
las alturas.
30 m más abajo alcanzamos de nuevo el río y tras atravesar una
sucia y húmeda gatera conectamos con un punto ya alcanzado hace algunas
semanas por otro acceso. Estamos en el lugar más profundo de la cavidad,
a -350 m.p.
No nos queda nada por explorar tras comprobar, una vez más, que la
corriente de aire no parece circular por éstas amplias galerías.
No es muy tarde y queremos olvidarnos de éste peligroso sector así
que comenzamos con el lento pero firme desequipe de pasamanos, escaladas
y pozos. Cuando llegamos de nuevo a un tramo en el que el río circula
libre, procedemos a limpiar todo el material
que venimos arrastrando. Contamos 80 anclajes y unos 400 m de cuerda
muy embarrados.
Remontamos todo el material limpio a una zona alta a salvo de
posibles crecidas y lo dejamos acumulado para portearlo al exterior en
otra jornada, por hoy nuestro cuerpo no quiere saber más de pesos
inhumanos.
Alcanzamos el exterior sobre las 2,30 h de la madrugada y todavía
nos quedan un par de horas para pillar cama, pero estamos contentos de
haber puesto fin a nuestras exploraciones en la galería de la Jincana,
galería Cochina y Sala del Elfo, zona más profunda,
desagradable, y peligrosa de la RN-103
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