La meteo no es muy estable pero hay ganas de encaminarnos hacia el
Gorbeia así que optamos por ir a explorar la sima de Axuri Korraleta´ko Zearra y de
paso también realizar la topografia pendiente de la sima de Bedargogor.
Cuando estamos distribuyendo el material para comenzar la subida
nos damos cuenta que el equipo de topografía se ha quedado en el local.
Decidimos seguir adelante con la exploración de Axuri Korraleta´ko Zearra, al
menos sabremos si continúa y hay que volver con más material o queda
como Bedargogor: pendiente de topografiar.
Afortunadamente nos acordamos que en la cercana sima de Dulao´ko Goikopagadiren Lezea tenemos esperándonos una vieja incógnita, cercana a la
base de su pozo de entrada. Quedó pendiente por falta de tiempo cuando
desequipabamos la sima hace años, y porque había
que mojarse. Será un buen complemento para aprovechar la jornada con
nuestra subida y el porteo de los anclajes, taladro, cuerdas y equipos
personales.
La idea es entrar a última hora de la tarde, explorar, mojarse y salir rápidamente.
La sima de Axuri Korraleta´ko Zearra no dio continuación. Lástima, se sitúa
por encima de los 1.200 m.s.m. y depositábamos esperanzas en poder
realizar un posible y generoso descenso. Finalmente no hay más misterio
que el que desentrañó el GEV cuando la exploró
hace décadas. Se trata de un pozo de 80 m, que necesita numerosos
anclajes para su descenso, y que resulta ciego en su base. Nos
entretiene un péndulo en su parte alta para alcanzar una diaclasa
sospechosa de albergar algún tipo de continuación. Para las
18,30 h estamos en la calle y nos encaminamos hacia Dulao´ko
Goikopagadiren Lezea.
Tras equipar el pozo nos presentamos en la incógnita. Vemos que nos separa un pequeño resalte del nivel de la zona inundada
y que vamos a tener que instalar para subir, pues las pareces son de
coladas blandas; ante esta situación y viendo que la zona
inundada no es precisamente un charco optamos por montar un complicado y
acrobatico pasamanos que, 10 anclajes después, nos permite superar el
embalse sin mojarnos. Más allá un paso
de hombros nos permite alcanzar una estrecha
diaclasa ascendente. hay algo de aire pero el lugar es impenetrable y
ponemos fin a la exploración.
A las 22 h estamos todos en la calle. La niebla que está entrando
por el collado del Aldamin no termina de descender y como estamos
cercanos al solsticio de verano podemos iniciar el fuerte descenso sin
frontales, lo que se agradece.
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