Aprovechamos que la meteo anuncia tiempo seco éste miércoles para
prospectar en el Gorbea. Primero, desde la campa de Arraba hacia el
Igalarrintza. La temperatura no es muy baja (unos 8 grados) pero el
fuerte viento del oeste hace que la sensación
térmica baje algunos grados y nios pongamos toda la ropa que llevamos.
En la misma campa, no lejos de la txabola de Enrique, nos desviamos
hacia una dolina que ya conocemos y podemos constatar cómo exhala una
cálida corriente de aire. Habrá que hacer un tanteo
de desescombro para ver si hay alguna posibilidad de paso.
Seguimos hacia el Igalarrintza y por debajo de la gran pedrera, no
lejos de un solitario tejo, localizamos 4 pequeños agujeros separados
unos de otros en unos 20 m. El de mayor perímetro también exhala una
cálida corriente de aire. A sondeo el desnivel
es muy escaso, habrá que ponerse el buzo y comenzar un desescombro. Las
otras tres pequeñas aberturas (impenetrables), también soplan, pero el
aire no es tan definido ni cálido como en el primero,
A medio día cambiamos totalmente de tercio y descendemos hasta
Pagomakurre, tomamos el vehículo y nos desplazamos hasta el paraje de
Otxobaso.
En éste paraje, y mientras se realizaban labores de excavación en
un túmulo, en una corta prospección ocasional, detectamos un pequeño
calizal inesperado y un par de pequeños saltos, estrechos meandros o
incisiones en el karst.
Hoy volvemos con la intención de dedicarle más tiempo. Localizamos
dos errekas que se sumen contra el calizal y sin perseguirlas,
continuamos bordeando por el bosque de pinos unos centenares de metros.
Nuestra intención es recorrer o tratar de evaluar
el perímetro del calizal y si hay más sumideros. Tras un buen paseo
descubrimos que el afloramiento en cuestión es de una área ínfima.
Localizamos dos pequeños cauces que remontándolos podemos comprobar
como emergen del calizal, y más arriba cómo se corresponden con los dos
sumideros localizados al comienzo de la prospección. La reducida área
junto con el escaso desnivel de éste afloramiento
calizo ya nos habla del escaso interés espeleológico de los fenómenos
localizados. Nos retiramos del monte antes de que lleguen las lluvias
anunciadas.