Nuestra primera actividad de ésta Semana Santa la dedicamos a la
prospección y catalogación, tras adecuarnos a una baja imprevista de
última hora.
En una anterior prospección ya habíamos detectado
alguna pequeña cavidad así que ya sabemos que tenemos algo de trabajo en
cueva asegurado.
La primera cueva es la G-313 que se
sitúa un poco por encima de un tímido sendero que viniendo por debajo
del sumidero de Dulao comienza a remontar un poco antes de alcanzar a
primera pared de Pagoluzieta.
La G-314, G-315 y G-316
se ubican muy cercanas entre sí, un centenar de metros en recorrido por
debajo de la G-313, en una pared caliza que se adivina desde ésta
última.
La G-317 está algo escondida, pero avisados por
la cercana presencia de las tres anteriores, prospectábamos pegados a
la cabecera de la pared. Accedemos a ella por un pequeño corredor
descendente que se ubica cercano a la G-316.
Paramos a comer
al abrigo del viento y seguidamente desobstruimos la boca de un soplador
que se ubica unos 50 m por encima de la G-317. No tenemos suerte.
Avanzamos un metro pero una estrechez de metro y medio nos separa de un
pozo que sondeamos en unos 10 m
Continuamos ascendiendo por el sendero impreciso y localizamos la que será la G-318 ubicada en un espolón rocoso a la izquierda del sendero.
Ya
tenemos 6 cavidades catalogadas y decidimos dejar las sacas e ir a
prospectar para localizar unas cavidades que sabemos existen porque
están recogidas en el viejo catálogo del GEV. Nos cuesta un poco, pero
las localizamos. No será gracias a la lacónica e inexacta descripción
que de su ubicación se hace en el catálogo, si no más bien por la
intensiva prospección que realizamos. Al menos hemos localizado 5
cavidades más, no teniendo claro si todas son las recogidas en catálogo
(descripción nada clara) o tenemos alguna más por localizar.
De
paso volvemos a localizar la boca de la sima-cueva de Pagoluzieta, a la
que hacía muchos años que no volvíamos y que queríamos tener bien
ubicada para realizar una próxima entrada que vamos a hacer para tomar
datos geomorfológicos y alguna foto más.
Damos por terminada la jornada y llegando al vehículo nos saludan algunas gotas, que apenas llegan a humedecernos.