Esta semana hemos tenido Larra por partida doble:
- Durante el fin de semana inicial como parte del colectivo de UEV-NEB que explora simas por los altos de Budoguia.
- A partir del sábado 16 algunos de nosotros nos incorporamos ya al interclub de Anielarra Oeste para una actividad de 8 días.
La
campaña de Budoguia está ya en el horizonte de actividades y este fin
de semana se comienza con los porteos de material y comida a la Hoya del
Portillo de Larra. Es un poco pronto para estos trámites pero así nos
aseguramos de la colaboración del helicóptero de los Bomberos de
Navarra; más tarde dependeremos en mayor medida de que la meteorología,
que puede ser más proclive a los incendios, haga peligrar su preciosa
ayuda.
Aprovechamos
para hacer prospecciones tanto en la zona alta como por encima del
Rincón de Belagoa, revisado en este caso algunas cavidades y
“sospechosos”, localizados durante las XXXI Jornadas de la EEE/UEV que
se celebraron en la pasada Semana Santa, además de otras rescatadas de
los anales. Cuatro equipos en acción dejan como resultado un par de
cavidades que parecen interesantes y en las que habrá que insistir.
Por
otra parte la campaña de junio del Interclub de Anielarra Oeste ha
juntado en esta ocasión a 8 espeleólogos, entre veteranos jubilados,
prejubilados y un joven estudiante, en formación como espeleólogo
profesional (sic), que está ya de vacaciones.
Nos
acoge el Chalet de Bracas, cedido por ARSIP, que es base habitual de
las campañas celebradas fuera de la “temporada alta”. El chalet resulta
una confortable base de operaciones ante unas condiciones meteorológicas
muy cambiantes, condiciones que ni con su peor cara nos impiden
disfrutar de la maravillosa primavera pirenaica, con sus verdes intensos
y la espectacularidad de la floración de los montaraces brezos.
Los objetivos marcados han sido:
- Continuar en la punta del Becerro/Uterdiñeta (que quedó en septiembre abierta a falta de tiempo para llegar más allá)
- Ir abriéndonos paso a través de otras cavidades situadas sobre la supuesta traza subterránea del río de Anielarra.
La
meteorología solo permite una incursión en el Becerro, aprovechando una
ventana de buen tiempo; en ella se lleva la punta hasta -640 m, sumando
al desarrollo de la cavidad casi 300 m nuevos; se deja la continuación
en una galería bien ventilada. El resto de los días, con el permiso de
una meteorología que no siempre permite la tarea, nos dedicamos
principalmente a cambiar de sitio una gran cantidad de piedras en la
sima AN-326, intentando hacer camino poco a poco.
El jueves la intensa lluvia nos mantuvo bloqueados en el refugio casi toda la jornada.
Cuando
la melancólica contemplación de la lluvia a través de las ventanas da
paso a intentos de salir a pelear con los elementos, un baño de realidad
pone las cosas en su sitio en el propio umbral de la puerta. Solo queda
socializar, leer y avanzar con el ordenador en la topografía; aunque,
finalmente, alguno opta por ir hasta la zona de Sanchogarde y ver cómo
el canal, que impide que la Sima del Becerro sea invadida por el agua,
funciona a pleno rendimiento; aunque habrá que corregir alguna fuga que
acaba en la sima. Se aprovecha también el viaje para tomar alguna
fotografía del bosque nebuloso.
Después
de un día en dique seco volvemos a la AN-326 sin dejarnos intimidar por
el xiri-miri, nada que ver con los aguaceros de la víspera. El toldo
que cubre la entrada ha hecho un buen trabajo pero nos alegramos de
vestir un buzo impermeable; aunque ni uno ni otro impide que la sima
esté húmeda y fría.
Tras
descender el P-5 que nos detuvo el miércoles nos encontramos ante dos
pozos paralelos, por desgracia el más amplio conduce rápidamente hacia
el otro (más largo), a través de pasajes impenetrables. 20 m más abajo
la sima sigue sin poner las cosas fáciles pero cada metro es una
victoria. Esperamos que al coger profundidad se sumen afluentes y sea
más sencillo avanzar; abajo nos espera una zona con el plano en blanco
entre Anielarra y AN-8.