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ITX-200 Boca de acceso |
Con un día nublado, que no nos dejan ver Gorbea desde la carretera, alcanzamos Pagomakurre, entre la niebla. La nieve hace su aparición en los últimos metros de la pista y para aparcar arriba hay que intentar no pisar el hielo y nieve que hace patinar a los vehículos.
Decidimos dejar el plan de Otxabide y la cuerda de 200 aparcados en el maletero y subir a la ITX-200 para continuar con la exploración de incógnitas en la G. Goikoa.
En Pagomakurre nos encontramos con tres colegas del Takomano que suben a visitar la sima de Gatxarrieta II. Les avisamos que aquello es un laberinto de pozos y que no llegarán a las galerías del fondo con la cuerda que llevan, pero al menos harán una primera toma de contacto con la sima y es de los pocos sitios donde ir con toda esta nieve.
Según vamos subiendo hacia Arraba, el espesor de la nieve aumenta y yo (David) que vengo sin raquetas comienzo a imaginarme la diversión. En efecto, en Arraba tenemos medio metro de espesor de nieve. Iñaki se calza las raquetas y yo comienzo 10 pasos bien, uno hasta el fondo. La subida al paso de Kargaleku es dura. Desde allí hasta la 200 es menos penoso.
En la entrada de la sima todo es nieve y los anclajes de -10 m.p. y la cuerda están bañados en hielo, que rompemos cuidadosamente con una piedra; a - 30 los bloques de hielo son profusos, después normal, solo que un poco más de agua de lo habitual.
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Hielo en las cuerdas de los pozos de entrada |
Llegados a Goikoa nos ponemos a realizar la travesía ascendente vista en la última exploración (enfrente y por encima del final de pasamanos de entrada a la galería). tras unos 15 m de travesía ascendente llegamos a lo que parece el porche de una modesta galería, pero que en realidad es la cabecera de un pozo de unos 30 m. Lo sondeamos y nada tiene que ver con el pozo sobre el que hemos hecho la travesía. aspira una notable corriente de aire ¿Habrá sorpresa?. Aterrizamos en la base de este bello pozo al que le sigue otro sondeado en nos 7 m. No tenemos cuerda así que volvemos a G. Perdidos en el Espacio a por la segunda cuerda de escalada que tenemos y recuperamos una estática instalada de 15 m. Con este pertrecho de material descendemos ilusionados el P-7 pero abajo no espera la decepción, el agua de lluvia se introduce por un minúsculo agujero........ una vez más parece que el poder de disolución que excavó el magnífico P-30 que acabamos de descender agotó todo su poderío en la misión y ya no le quedó energía para seguir excavando.
De subida un péndulo a 10 m de la base nos introduce en una aparente chimenea paralela. Allí se abre un pozo que descendemos y un meandro que termina a los pocos metros, igualmente una travesía por encima de éste pozo pone final a toda expectativa de encontrar continuación. Nos retiramos topografiando todo y desequipando la travesía ascendente.
Todavía nos queda algo de batería en el taladro y un poco de tiempo así que nos vamos a por otra incógnita, a pocos metros de donde estamos. 4 agujeros de taladro y una buena tunda de golpes con la maza Petzl logra el milagro; justo. pero podemos pasar por el exiguo agujero abierto en plena pared y no tendremos que venir con pistones ¡bien!. Descendemos un P-6 pero poco más podemos explorar. La bulliciosa cascada (hoy hay cascadas y goteos por todos lados) proviene de un minúsculo agujero en el techo y se marcha por un meandro bajo y centimétrico.
Limpiamos toda la cuerda que tenemos poniéndola bajo una cascada durante unos minutos. Aprovechamos para hacer recuento topográfico: otro día glorioso que sumamos 100 m. a la red. Dejamos un nido de cuerda en la entrada de Goikoa y dejamos otro nido en la entrada de Urtebeteo Opariak, para así poder escalar en donde más nos interese. Los anclajes los sacamos a la calle.
La bajada a Pagomakurre es como la imaginamos: durilla. La nieve está ablandada por un día que imaginamos de temperatura moderada; tras 2 horas largas llegamos a Pagomakurre sobre las 0, 30 h, donde nuestro coche es el último en retirarse. Colorin, colorado.........