Queremos ver cómo están de basura y de paso revisar de nuevo opciones de continuar exploración.
Ambas simas son habitualmente regadas por sendas errekas, pero hoy
realmente podemos descenderlas con un nivel de goteo aceptable.
En la G-136 encontramos menos basura de la esperada. pero en la
G-240, a pesar de que en su día realizamos labores de limpieza,
observamos que de nuevo se la ha utilizado como basurero. La zona que no
pudimos limpiar hace años por culpa del agua vemos
que con una fuerte seca se puede trabajar.
En cuanto a la exploración, por ambas circula aire pero al fondo se
estrechan mucho y no nos planteamos trabajar para ensanchar las
diaclasas. En la G-240 recordamos una incógnita que no pudimos explorar
-también por exceso de agua- pero hoy no localizamos
el punto. Han lanzado muchos tocones de madera y quizá el punto a
explorar esté taponado. No hemos podido resolver la incógnita y queda
pendiente.
A media mañana nos visitan Verónica y Oscar, que viene a pasar el
día con el equipo de exploración y contemplar una vez más las elegantes
fracturas en las que se encajan las bocas de ésta zona de contacto entre
areniscas y caliza.
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