Tras la conexión entre Otxabide y Ortutxako Lezea (ITX-147)
la semana anterior, nos habíamos planteado una excursión al tramo superior del río
de Otxabide y, de salida, desequipar ambas simas, pero había quien no podía, entre
ellos jóvenes que no conocen esa zona y que manifestaban interés por conocerla;
así que, en deferencia, nos buscamos otro plan en la ITX-200.
La exploración del río arriba del “Hilo Guia” llevaba varios
años esperando a que se juntasen ganas suficientes y ahora era el momento,
había que seguir finiquitando zonas en Itxinapeko Sarea (la red de Itxina), y
de paso liberando material.
Como alguno de los no habituales ya había “conseguido
permiso”, para el lúdico acontecimiento previsto inicialmente, no quería perder
la oportunidad de la escapada, así que nos juntamos siete personas; un nutrido
grupo para una exploración que con tres habría tenido más que de sobra, pero faltaban
objetivos y conocedores de la zona (y habíamos elegido el tema social como
objetivo colateral).
El “Hilo Guia” es un estrecho meandro activo, que recibe su nombre por los restos que a su paso van dejando sobre las paredes los buzos de los exploradores, que nos indican por donde sortear las estrecheces. Hacia abajo habíamos explorado 1 km de angostos meandros y esperábamos que hacia arriba fuese más amable, pero no fue así, y, tras 90 m reptando y mojándose, el meandro se hace impenetrable, para alivio de alguno, que piensa que si la espeleología era esto, igual no le gusta la cosa tanto como creía; por fortuna para su vocación las cosas no son siempre así. Por otra parte, también dice alguno que podemos abrirnos paso desobstruyendo.
Hay por ahí quien afirma que somos muy avariciosos y que no
dejamos nada que explorar para los espeleólogos del futuro, bien mirado, les podríamos
dejar este objetivo, un afluente con algo de aire y con cierto caudal.
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