Volvemos sobre la lejana sima de Basatxi, para proseguir la exploración del 10.07.2021, con más cuerda y numerosos anclajes.
En
aquella exploración, tras comprobar que por el fondo de la sima parecía
más difícil perseguir la corriente de aire, iniciamos una larga
travesía sobre el pozo de 46 m. Conseguimos progresar unos 40 m pero
alcanzamos una zona más complicada para el avance. Observamos que unos
metros por encima otro paleonivel parece ofrecernos un camino quizá más
accesible para superar la dificultad que se nos presenta.
Hoy probaremos suerte en el paleonivel superior. Primero tenemos que comenzar perdiendo algo de tiempo en el laberinto de meandros desfondados para localizar el nuevo acceso al punto en el que queremos iniciar un nuevo viaje por las alturas.
Localizado el punto
comenzamos a clavar anclajes y gastar de la cuerda que traemos hoy.
Mientras, también comenzamos a desequipar el pasamanos instalado en el
mes de julio. Pronto sabemos que por el camino superior hemos alcanzado
un poco más rápido el final alcanzado por abajo confirmado lo acertado
de la elección.
Pronto empezamos instalando de nuevo la cuerda
de 60 m recién desinstalada, pero ahora más allá de la punta alcanzada
por abajo.
Varias horas después nos hemos gastado todos los
anclajes de los que disponíamos. Dos tercios del avance se pueden
calificar de avance aceptable pero el tercio final el barro sobre las
paredes se incrementa dificultando la progresión y obligándonos a gastar
más anclajes para avanzar menos metros. Al final alcanzamos un punto en
el que el meandro se ensancha para albergar un gran pozo. Continuando
en altura observamos una travesía totalmente artificial de al menos 20
m. aunque unos 7 metros por delante adivinamos a la izquierda lo que
podría ser la entrada al paleonivel que queremos perseguir, y que podría
hacer un quiebro en el rumbo. El avance no queda claro.... quizá sea
hora de descender al fondo y ver a qué altura de la galería inferior nos
estamos moviendo y sopesar continuar por las alturas o intentar una
escalada en algún lugar que nos parezca propicio.
Remontamos
con un sabor agridulce porque el camino se nos ha complicado un tanto y
nos obligará a gastar más tiempo y más anclajes de lo previsto, y no
tenemos claro si el viaje por las alturas finalmente nos saldrá
rentable.
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