En ésta ocasión, y de nuevo con un cambio de fase en el estado de alarma
por Covid-19, por la que alcanzamos la fase: "nueva normalidad",
decidimos por fin hacer espeleología de exploración.
Nuestro destino
es la ladera Este del pico Gorosteta, que mira sobre la Campa de
Arraba. Dos simas localizadas en prospección del día 19.02.2020 esperan
su correspondiente exploración.
La sorpresa de la mañana de
produce cuando al llegar al cruce del monte Upo, encontramos numerosos
coches aparcados y a los guardas del Parke controlando el acceso.
Estamos todavía a 6 kms del aparcamiento de Pagomakurre y tememos por
nuestra jornada de exploración.
Afortunadamente cuando nos
identificamos como los espeleólogos que trabajan en el Parke y mostramos
nuestro permiso para vehículos, se nos permite continuar.
Subimos
cargados hacia nuestro destino, cargados de material, pero también de
ilusión. Ambas simas se ubican no lejanas -por un lado- sobre la
vertical del final del río de la cueva de Elorrea y por otro lado sobre
las cabeceras del río de Itxinape`ko Sarea. Podrían depararnos un
agradable sorpresa.
La G-306 nos presenta un único pozo
de 12 m de desnivel al que le sumanos unos 40 m de galería, que no
presenta continuación. La caída al suelo del Dixto al sacarlo de la
bolsa, y encontrarnos tomando coordenadas a unos 6 m por encima de la
boca (y el suelo de la dolina), termina en tragedia. Rotura parcial de
la base del Dixto y en consecuencia no podremos topografiar.
Tras comer, nos desplazamos hasta la sima que catalogamos como G-307. Presenta una primera vertical de al menos 25 m y parece que exhala algo de aire.
Finalmente alcanzamos la base de la sima tras descender un P-35 y un P-14.
En
el fondo localizamos una tímida posibilidad de continuación en un
estrecho meandro por el que parece llegar una ligera corriente de aire.
Anotamos la incógnita para volver. El tamaño y la morfología de la sima
nos hace abrigar esperanzas de que pueda continuar.
Ya en la
calle y sin poder topografiar, decidimos no abordar la exploración de
otras cavidades en los alrededores y dedicar el resto de la tarde a
disfrutar del elegante día de verano y las hermosas vistas que tenemos,
desde la arista cimera en al que nos encontramos, sobre el valle del río
Padrobaso y también de la Campa de Arraba.
Llegando al
anochecer a Pagomakurre observamos cómo muchos coches han abandonado el
aparcamiento, pero quedan todavía numerosos vehículos y lo más curioso,
al menos contamos 20 furgonetas preparadas para pasar la noche.
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