Esta vez estamos Rubén (del Takomano), Esther y Aitor para continuar con la escalada del fin de semana anterior.
Seguimos el plan habitual de siempre, una vez comidos entramos a la
cavidad sobre las 11:30, y en dos horas y media ya estamos en el vivac
dejamos los sacos y la comida que habíamos traído para la noche.
Sabemos que aún nos queda una hora hasta la escalada, nos lo tomamos sin
prisa para que así Rubén disfrute de ésta parte de la cavidad, que no
conocía. Una vez en la escalada vemos como el objetivo de llegar hasta
la ventana es muy ambicioso, pero con paciencia…
El finde pasado solo conseguimos meter unos 10 anclajes, ya que la roca
es muy dura y costaba mucho tallarla con los tornillos gordos. Pero esta
vez, entre que teníamos pensado vivaquear dentro, la llave de carraca y
lo rápido que se hacen los agujeros con
broca de 6 hemos conseguido avanzar más del doble de lo inicialmente
estimado.
Poco a poco vamos viendo como cogemos altura, y ya no desespera ver como
tu compañero se encuentra relativamente cerca por debajo de ti después
de clavar 20 anclajes.
Nos dan las 12 de la noche y optamos por dejar la escalada, otro día
continuaremos. Nos queda volver al vivac, donde nos esperan unas ricas
morcillas y cantidad ingente de panceta.
Por la mañana nos lo tomamos con calma, y entre levantarnos y desayunar
nos dan las 11. Una vez en la calle nos recibe un estupendo sol el cual
se agradece después de una buena jornada de trabajo. Finalmente
concluimos con una buena comida en Ramales de la
Vitoria.
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