Como estamos pocos nos planteamos un objetivo sencillo,
continuar con la desobstrucción de la G-43, en el flanco sur de Zastegi,
Gorbeia.
La semana anterior quedo la continuación con aspecto
prometedor. Aunque la escasa consistencia de la roca nos lo ponía a ratos fácil
y a ratos difícil y el pasaje que quedó por delante era muy estrecho, la
intensa corriente de aire parecía invitarnos a volver y seguir. Un puro
espejismo.
Lo roca era lo bastante blanda como para hacernos pensar que
con maza y puntero podríamos demoler el diafragma que ocupaba la parte central
de la diaclasa y acercarnos hasta lo que parecía la cabecera de un pequeño pozo,
pero la falta de espacio hacía que el esfuerzo fuese muy podo eficaz.
Tras 7 horas de trabajo espoleados por el aire dejamos la
tarea con cierto sentimiento de fracaso y pocas perspectivas.
Al menos Gorbeia estaba preciosa y disfrutamos en este
comienzo de otoño, con una cambiante meteorología que no llegó a fastidiarnos.
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