Última exploración de enero y nos encontramos de nuevo entrando en la sima de Brenavieja: Sara, Aitor, Iñaki y David.
Antes, hemos gastado unos
minutos, un lugareño no ha hablado de una sima que hay en su prado no
lejos de donde dejamos el coche. Seguro que la conocemos, pero queremos
verla de nuevo. La localizamos y podemos ver que aún se adivina la
pintura de nuestra catalogación. Se trata de una pequeña sima, pero al
poner la cara se siente el calor ascendiendo, no parece corriente de
aire clara, pero nos la apuntamos para revisar.
La semana pasada lo dejamos
en un punto esperanzador, que al final de la jornada de hoy podemos
confirmar que algo era ello. Todavía nos faltará otro día de trabajo
para poder alcanzar y descender el pozo que sondeamos por delante, pero
….. nos tememos llegar en alto de una escalada hecha hace años, dicho de
otro modo, conoceríamos la vertical y por lo tanto se trataría de una
conexión sin pena ni gloria entre la vía activa y la fósil.
Por el momento solo nos
consuela que estamos persiguiendo una corriente de aire enigmática y el
hecho de llegar desde las alturas, puede que nos dé una nueva visión que
permita localizar por dónde carajos llega el aire. ¿Quizá una grieta
que no supimos ver desde la escalada y que ahora podamos localizar?. Y
si la localizásemos ¿Será transitable?
En cualquier caso, parece que en la próxima entrada podremos saber si ha valido la pena tanto esfuerzo.
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