Ultimo sábado de julio, amanece gris y lluvioso. Se suman varios colegas del ADES para disfrutar el descenso de este espectacular pozo y de paso nos echarán una mano en la desobstrucción.
Después de habernos escuchado la semana pasada entre Otxabide y Axlaor, no queríamos marcharnos de campaña a LARRA sin antes echarle un pulso a la bloquera.
Iniciamos el trabajo arrastrándonos bajo un espolón rocoso, punto en el que hemos escuchado más nítidamente el sonido proveniente de Otxabide. A los pocos minutos nos damos cuenta que no hemos traído el material más adecuado para la labor; esperábamos bloques y nos encontramos más bien gravera y barro. Afortunadamente la barramina, el cincel, el cubo, junto a las "ganas" de los presentes, hacen que la fosa crezca. También el frío, nuestros amigos del ADES están acostumbrados a las temperaturas de la costa y aquí, por encima de los 1.000 m.s.m, la temperatura es distinta, eso hace que todo el mundo se aplique al trabajo para asustar a la tiritona.
Aprovechamos para desequipamos el pozo (escalada desde Axlaor) por el que conectamos desde Itxulegor, ahora que sabemos que la conexión se esconde en la base del gran pozo. La humedad del ambiente, la nítida corriente de aire hacia Itxulegor y el barro del punto que estamos desobstruyendo hace que algunos saquen a pasear la manta térmica y un bote de etanol. El calor de su llama es degustado hasta por tres espeleos apelotonados bajo la manta térmica. Y entre bromas, relevos, y gritos de ánimo la fosa sigue creciendo. También podemos quitar un poco de frío montando una buena muralla de asentamiento sobre la entrada de la desobstrucción, pues la fuerte pendiente de la rampa de bloques y la gravedad amenazan la entrada de la desobstrucción.
Habremos cavado un metro de profundidad por tres de longitud y ahora ya entramos casi de pies y es más fácil menear el cubo. Estamos 9 allí abajo así que procede comenzar el ascenso de los primeros.
Al final quedamos Pedro, Iñaki y David para extraer los últimos baldes de la jornada y desequipar la cavidad. Viendo el trabajo realizado y que no hay atisbo de camino a seguir (huecos, corriente de aire, .....) nos volvemos a plantear también el ataque desde Otxabide para ver si surge algún indicio que nos oriente en la ruta a seguir. Ya sabíamos que no iba a ser fácil. El barro y la grava extraída alimentan nuestra esperanza de que la conexión no se encuentre muy profunda y explique por que no hemos podido establecer conexión a viva voz.
En el exterior el día continúa húmedo y gris pero, descendemos con la luz del día y la compañía de los colegas del ADES en animada charla. Ahora toca pensar en LARRA; en Otoño nos volveremos a ver la cara con la "fosa", si nos podemos aguantar las ganas hasta entonces................
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