Día lluvioso que de nuevo
nos empuja hacia Rasines. Decidimos ir a revisar cómo está la sima de
Brenavieja. La última vez que estuvimos, a pesar de ser la vía fósil la
que queremos revisar, las paredes de la zona final estaban húmedas y
embarradas haciendo muy desagradable la progresión y estancia.
Vamos con la esperanza de
que el régimen de aire, haya cambiado y el aire exhalante de invierno
haya secado un poco las paredes, como por ejemplo pasa en la torca de la
Canal.
Equipamos las verticales y
podemos comprobar con alegría que la sima se comporta como esperamos,
ahora está mucho más seca y agradable. Lo necesitamos porque tenemos por
delante una tarea lenta e ingrata, que necesita de mucho tesón.
Un derrumbe nos frena ante
un paso con aire y después de muchos años hemos juntado ganas para ver
si lo podemos remover y superar.
Pasamos varias horas
relevándonos en incómoda posición para ir liberando el paso. La tarea
como sabíamos es ardua, pero el aire nos anima, y ahora sabemos que hay
que trabajar en invierno, mientras las paredes están más secas.
No sabemos el trabajo que
tenemos por delante, pero lo vamos a intentar. Puede que algo
interesante lleve ahí esperándonos por casi 40 años.
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