Aprovechamos este día festivo para hacer una salida de
espeleo, aunque de más corta duración, que mañana hay que trabajar. Descendemos
a explorar el pozo no descendido de la G. Paralela,
galería que se localiza justo tras el paso de Julio da Costa, en una
lateral ascendente a la izquierda de la salita. En esta galería, habíamos dejado
un amplio pozo por descender, con cascada incluida, que esperábamos nos
diese juego.
Descendemos el pozo, que nos obliga a instalar varios
anclajes, pese a no ser muy profundo. La cascada riega el pozo, pero podemos
descender sin mojarnos. Al fondo nos espera un meandro impenetrable. En todo el
pozo se escucha el rumor como de un cauce importante, pero no nos ponemos de
acuerdo y bien pudiera tratarse también de el sonido que produce el pequeño
caudal de la cascada circulando por la base del estrecho meandro. Hay algo de
aire también así que dejamos la incógnita señalada.
Remontamos el pozo unos 10 m para explorar una ventana que se
abre en una cornisa. Aspira mucho aire, pero nada más comenzar
a descender reconocemos el lugar al que vamos a conectar, se trata de la
salita tras el paso Julio da Costa. Se topografía la conexión y desequipa el
pozo.
Seguidamente vamos a topografiar el otro extremo contrario de
la G. Paralela en donde nos aguarda un pozo y una corta
galería colapsada. Este tramo ya está explorado pero no topografiado. El
aire que asciende por el pozo es potente. Abajo forzamos una estrecha diaclasa
descendente, pero no da juego. El aire llega por algún punto en alto de una
chimenea lateral. tpografiamos y desequipamos el pozo.
Todavía tenemos algo de tiempo y hacemos una pequeña escalada
justo sobre la cabecera de éste pozo. 6 m más nos recibe un trocito de
suelo, pero rápidamente se desfonda y hay que seguir haciendo una travesía
ascendente. Cuando alcanzamos lo que parece una elegante galería freática en el
techo, esta nos defrauda a los pocos metros desfondándose de nuevo y
obligándonos a continuar progresando mediante pasamanos, pero ya nos
figuramos hacia dónde vamos. Vamos a llegar en alto de la
chimenea que hemos visto debajo del pozo, solo que varios metros por encima
de donde pensábamos que tendríamos que escalar. El altura todo parece terminar.
Descendemos desde el pasamanos unos metros y unos 8 m del
fondo penduleamos y nos colamos en una modesta diaclasa por la que llega
una fuerte corriente de aire. Unos metros más adelante nos para un pozo de unos
10 m y una travesía por encima de él. No tenemos tiempo y en todo este
sector no hacemos más que meter anclajes y cuerda por lo que decidimos
retirarnos dejando los tornillos puestos y la escalada y travesía instaladas
pues no sabemos cuándo vamos a volver sobre esta parte de la
cavidad.
Hoy habremos topografiado poco más de 100 m y hemos
eliminado la incógnita del amplio pozo, por contra, nos queda progresar en ambos
extremos de la G. Paralela, pero todo será gastando anclajes y cuerda.
El potente aire que llega a la G. Paralela podría tener dos procedencias,
la más lógica es que provenga de la sima, llegando desde algún meandro
que se nos ha escapado a la exploración. La otra posible procedencia,
la más deseada, sería del colector, por debajo del curso conocido,
pero ésta es una posibilidad con muchos menos "boletos".
Remontamos y llegando a la boca nos sorprende
agradablemente la luz del atardecer y encima no llueve,.¿Se puede pedir algo
más? Sí, que la G. Paralela todavía nos reserve alguna
alegría.
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