El sábado nos dimos cita en Ispaster 40 espeleos. Con un día lluvioso dimos inicio al curso de Iniciación al Espeleosocorro, convocado por el E.E.L. Estamos 4 del GAES (Iñaki, Ritxar, Antua y David) El domingo no se puedo sumar Pedro, que era su intención inicial.
30 cursillistas y 12 monitores, provenientes de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, hicieron las delicias de los curiosos que se acercaron al frontón, y atónitos contemplaban la parafernalia desplegada y los individu@s colgados: alguno inclusive aplaudió cuando las camillas se balanceaban de un contrapeso a otro.
Todo el día estuvo dedicado a la técnica (anclajes, polipastos, tirolinas, contrapesos, etc.....) estando la gente muy animada. Una cervecita a las 21 h y la cena colectiva cerraron la jornada. Nos fuimos a dormir al refugio de Santa Eufemia.
El domingo sonó la corneta a las 7,30. Nos íbamos a la cueva de Lezate en donde su gran galería fósil, con sus rampas y grandes bloques nos facilitaban un buen escenario para practicar transporte de camilla y tirolinas principalmente. Mientras los jefes de grupo preparaban el material y equipos, los cursillistas reciben una charla sobre el entorno y organización del espeleosocorro.
Marchaban los socorristas para la cueva y llegaban los del curso de Gestión y Logística, que pasaron toda la mañana encerrados en el refugio.
En Lezate cuesta entrar un poco a los 40 socorristas, pues las fuertes lluvias, que no dan tregua, obligan a tener que subir por las cuerdas que burlan el paso inundado a nivel del río. Tres grupos, tres camillas, tres recorridos. Lezate se los traga durante varias horas.
Mientras, en refugio de Santa Eufemia 10 espele@s se pelean con los papeles, consignas y organización en general del PC. Algunos se reciclan, otros, son más nuevos. Mañana intensa, pero contentos de no estar en la calle (hace falta neopreno y bote).
Para las 18 h todos estamos en Aulesti, ordenando y repartiendo material y despidiéndonos a la carrera entre chaparrón y chaparrón.
¡Hasta la semana que viene! pues el curso continuará en la sierra de Aralar, en Nafarroa.
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