Después
de unos días de inestabilidad meteorológica el sábado se presenta
veraniego por lo que decidimos dirigirnos al soplador que se localiza
cercano a la ITX-54 en donde a primeros de julio estuvimos trabajando.
La temperatura exterior no es muy alta lo que agradecemos para que el soplador no nos castigue demasiado. La jornada de hoy la dedicamos a ampliar el acceso para poder trabajar con más eficacia en el desescombro. Después de varias horas de labor conseguimos hacernos un hueco más confortable. La tarea que se visualiza por delante es un tanto desmoralizante, pero, como decimos, la corriente de aire justifica nuestros esfuerzos.
A mitad de jornada aprovechamos para comer
y hacer una parada en la que descendemos hasta el nacedero de Aldabide
para topografiar el pequeño embalse que forma la presa construida para
la medición del caudal hídrico.
Nos retiramos anocheciendo y envueltos en niebla.
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