Aquí nos encontramos, dirigiéndonos hacia Rasines en un día 29 de
febrero. Teníamos el plan de descender a la RN-103 para escalar en el
río, pero Jon ha llegado con la salud un tanto tocada y prefiere un plan
más suave.
Buscamos rápidamente en el cajón de incógnitas sencillas.......
vaya, para el mal tiempo no tenemos muchas que se diga, pero en la Cueva
de lo Nuevo nos espera retirar un gran pedrusco en la entrada a un
pequeño colector, que está cercano de la boca. Hay
algo de aire y podría tratarse de una incógnita con sorpresa si
pudiéramos recorrer un nuevo eje de drenaje.
Como se trata de algo sencillo, que llevará pocas horas, a la
cavidad entrarán tres: Jon, Zeta e Iñaki. David quedará prospectanto,
una vez más, a la búsqueda de nuevos sopladores en las inmediaciones del
río Ruahermosa.
En la Cueva se consigue romper el bloque y retirarlo, pero el
exiguo colector presenta una continuación estrecha y poco atractiva, aún
así se continúa con la ampliación para ver si definitivamente se cierra
o hay alguna posibilidad. Finalmente pueden comprobar
que se cierra y abandonar la exploración. Después de dar un pequeño
paseo por la zona de entrada para que Jon la conozca, y tomar alguna
foto, el equipo de cueva finaliza la jornada.
En el exterior, David comprueba de nuevo la ubicación de algunos
sopladores y cual es su intensidad. Desafortunadamente el soplador más
evidente parece estar relacionado con la torca de los Tornillos. Su
posición no lejana de una pequeña y escondida sima,
que hace años conectamos también a Tornillos, refuerza la hipótesis.
Otros sopladores cercanos al primero localizado, por su ubicación,
pierden interés al estar también probablemente relacionados con
Tornillos.
Más adelante, otro soplador, no muy evidente, y situado entre
Tornillos y la cavidad de Molino la Peña, nos genera más ilusión puesto
que podría ser puerta de entrada a las supuestas galerías desconocidas
que habría entre ambas cavidades. Lástima que el
soplador no sea potente para llevarnos a él en volandas
La prospección se interrumpe a la altura de la sima de
Zorralacimas, a la que llegamos inesperadamente porque la zona se ha
talado intensivamente y se accede más fácilmente. En ésta ocasión, y
gracias a lo despejado de la zona, comprobamos que otro de
los sopladores conocidos se encuentra cercano a la citada sima y pierde
todo interés. Toca volver, son más de 5 horas de prospección y es muy
posible que el equipo de cueva haya salido. Hoy toca de nuevo llegar
pronto a Bilbao.
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