De nuevo disfrutamos de un día primaveral que aprovechamos para trabajar
en el exterior, en concreto en el valle de Valseca (Rasines). Iniciamos
la jornada desplazándonos hasta la sima de Castaños de Doña Luisa para
tomar coordenadas de su boca.
Después nos vamos hasta el soplador que comenzamos a desescombrar hace
dos semanas, también para tomar coordenadas.
No lejos hacemos un pequeño reconocimiento de la RN-254 explorada
hace muchos años, no vemos ninguna posibilidad de continuación.
Seguidamente ponemos rumbo hacia el cortafuegos que se abre bajo el
cableado de las grandes torretas de electricidad que cruzan Valseca.
Queremos aprovechar que se ha estado limpiando recientemente para ver si
nos podemos colar desde él hacia posibles
lugares de interés a prospectar. Los laterales en el cortafuegos están
muy cerrados por la maleza ofreciéndonos pocas posibilidades para
penetrar en la jungla de maleza y zarzas.
Optamos por continuar avanzando por lo despejado para ver hasta
dónde podemos llegar y fichar otras posibles entradas de interés hacia
la maleza. En una zona en el que aflora la caliza con más protagonismo
localizamos una cavidad que no tiene malas pintas.
Después de pelear un rato con las zarzas y la madera que han arrojado a
su boca, podemos comprobar que no tiene continuación. Continuamos la
prospección llegando no lejos del barrio de la Helguera y reconocemos un
par de pistas laterales, abiertas para trabajar
las torretas.
Ya de regreso, terminamos progresando por una de las aperturas
vistas en la maleza y avanzando como podemos machete en mano, y sin
dirección fija recorremos un sector en el que localizamos varias dolinas
pero ninguna nos da oportunidad de profundizar hacia
el subsuelo.
Al final acabamos desembocando por un viejo sendero a una de las
pistas abiertas para las torretas. Vamos un poco desmoralizados y un
tanto arañados, pero a medio kilómetro de alcanzar el vehículo reparamos
en una dolina que no tenemos claro si está revisada.
Insistimos, con tan buena suerte que localizamos un ínfimo punto en
medio del fondo terroso por donde exhala algo de aire. La gepeseamos,
aunque queda bien grabada en nuestra memoria la dolina, dado que en éste
sector del karst las incógnitas a explorar son
excepcionales. Alcanzamos el vehículo todavía con luz. Hoy volveremos a
llegar a Bilbao en una hora poco habitual.
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