lunes, 8 de mayo de 2017

06-05-2017 OTXABIDE



Desde hacía ya bastante tiempo quedaba pendiente la topografía del túnel que excavamos para unir las simas de Otxabide e Iruagiñeta (ITX-147) y le había llegado el momento. Al plantearlo se nos ocurrió hacerlo coincidir con unas prácticas de topografía, con el objeto de que “los nuevos” se introdujesen en las tareas del dibujo.
Los pronósticos meteorológicos nos habían predicho un día con una progresiva mejora a partir de una noche muy lluviosa, pero la mejora se anticipo, así que la subida hasta la boca de la sima fue bajo un radiante sol primaveral, que puso en valor la crema solar e hizo que los paraguas se quedaran en los coches.
Tras el refrigerio de rigor nos pusimos con lo de la topografía en el piso superior, lo que a alguno le sirvió para redescubrir zonas de la sima casi olvidadas (e inmortalizarlas en alguna fotografía).
Después de un rato en estas tareas bajamos a la zona de abajo y, tras un pequeño recorrido por las vistosas galerías freáticas del sector, nos encaminamos al “túnel”. Habíamos cruzando los dedos para que la corriente de aire que se estableció en la gatera tras su apertura hubiese secado el desagradable barro que nos mortificó durante las labores de desobstrucción -como así fue-.
En su día los finales de ambos extremos nos parecieron tan definitivos que ni en uno ni en el otro se nos ocurrió dejar marcado por si acaso los puntos topográficos, así que fue necesaria una poligonal más larga de lo que habría sido lógico para un tramo nuevo -el túnel propiamente dicho- de tan solo 35 m (un tramo que durante las sesiones mineras nos había parecido mucho más largo). 

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