Foto ADES |
En contra de nuestros hábitos el sábado no hubo espeleo, ya que algunos de nosotros acudimos a la celebración que hicieron nuestros colegas del ADES, en conmemoración del 30 aniversario de “la trilogía” -las travesías que hizo el amigo Gotxon del Hoyón-Valle, Cueto –Coventosa y Tonio – Cañuela- todas seguidas y en un mismo día. Un motivo como otro cualquiera para reunirnos y disfrutar juntos con una parrillada.
Como no era cosa de esperar una semana para quitarnos el mono de exploración, el domingo nos fuimos a la RN-37, donde en julio había quedado sin bajar un pozo que parecía tener más de 60 m. Un buen plan para una jornada reducida.
Tras un acceso por un meandro descendente, sucio y
estrecho (pozo de 6 m incluido), montamos una cabecera que daba paso a
un pozo absolutamente aéreo, que se iba ampliando según se descendía y
que aterrizaba junto a la base del ya conocido pozo de 83. En lo alto
del pozo se vislumbra lo que parece ser un paleonivel que podría dar
continuación al meandro; la falta de anclajes suficientes hizo que la
travesía quedase para otra ocasión.
Como el pozo nuevo resultaba un poco incomodo de
acceso y menos vistoso que el ya conocíamos de antes, para terminar la
jornada nos fuimos al viejo para disfrutar de otro bello descenso y
sacar unas fotos que no habríamos podido sacar en el nuevo.
Después de los cálculos topográficos resulta que
ambas cabeceras están a la mismo cota, lo que sumado a que sus bases son
coalescentes, supone que son dos pozos contiguos de 83 m de desnivel.
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