Rompiendo con la tendencia de este seco final de
verano, nos encontramos con un fin de semana para el que los pronósticos
meteorológicos son bastante malos, de modo que nos dirigimos a Rasines,
a la RN-103 –nuestro refugio de invierno-.
El objetivo es una larga escalada que tenemos a
medio hacer y una travesía a -130 m, en la segunda vía. No queremos ir
muy abajo pues entre el tiempo que requiere equipar la sima y todo el
material que hay que acarrear preferimos un objetivo que este “a mano”.
La escalada no terminamos de verla clara, así que
nos centramos en la travesía, con la que queremos avanzar por lo que
parece ser un paleonivel, que quizás esconda alguna continuación. El
trabajo resulta fácil y rápido, más que nada porque la continuación que
buscamos no existe; en alto se cierra pronto y hacia abajo se desfonda a
un pozo ya conocido.
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