El sábado nos armamos de valor, y a pesar de las
lluvias caídas durante toda la semana y los aguaceros de la jornada,
arrancamos hacia Itxingote, enfundados en los chubasqueros y bajo el
paraguas con la esperanza de que la hora y media de ascensión no nos
empape hasta los huesos.
Éstas ganas quizá
tuviesen que ver algo las dos semanas que llevábamos sin explorar a
cuenta del curso de Iniciación al Espeleosocorro. Encima, íbamos a
explorar una cavidad con río.
La subida nos
maltrata menos de lo esperado y una vez en la cavidad la zona de pozos
nos la encontramos sin los temidos goteos y lluvias. Nos congratulamos
de haber vencido la pereza y una vez en la base de los pozos nos ponemos
manos a la obra con la topografía. El cauce en ésta primera parte es un
hilillo tímido, pero de fondo escuchamos un fuerte rumor que nos lleva
en volandas con la topo por la zona estrecha de meandro. Alcanzamos el
primer afluente y el caudal aumenta, pero todavía no hemos llegado al
punto esperado. Pasando un poco de frío (la corriente de aire definida y
algo de humedad en la paredes) alcanzamos zona más ancha y otro
afluente por el que llega el caudal más importante. Seguimos bajando y
topografiando encontrando en el avance nuevos, aunque pequeños
afluentes. Estamos encantados de estar allí, topografiando, secos y
avanzando por un colector de 2 m de ancho en donde el cauce en aguas
altas no molesta. Un par de pozas las podemos superar por cornisas,
perfecto, pues no llevamos cuerda. Llegamos al último punto explorado,
y la topografía se vuelve doblemente emocionante. Cuando llevamos 62
puntos de topo decidimos parar y explorar un poco. Inesperadamente el
río se vuelve estrecho y a duras penas avanzamos unos metros haciendo
cabriolas para no mojarnos. Tras superar un paso estrecho en altura,
alcanzamos de nuevo el río, pero un paso bajo inundado, nos frena
definitivamente, detrás de la curva se ven 10 m de galería pequeña, pero
continúa. Habrá que volver con neopreno.
Unos
metros atrás y en alto, una zona fósil y amplia nos hace albergar
esperanzas de continuar la exploración, pero 30 m más adelante se
cierra. Observamos 2 ó 3 raíces cortas, lo que nos hace suponer que
estamos cerca de la surgencia de Altziturri (ITX-294) -coincide con
nuestra impresión en el río, dado que la surgencia es también un
conducto pequeño y estrecho en el que solo pudimos avanzar unos 10 m y
que parece asimilarse al que acabamos de llegar en la punta-.
Volvemos
hacia atrás explorando un poco los afluentes más amplios, para evaluar
las posibilidades de exploración y de topografía pendientes. Una
cuestión a tener en cuenta en la próxima exploración es ver por dónde se
pierde el aire, dado que en la entrada, lleva dirección descendente y
en la zona baja del río lleva dirección ascendente, ¿Nos aguarda alguna
sorpresa en la zona intermedia?. En fin, no esperamos grandes
desarrollos dado lo limitado de la cuenca de captación de éste colector,
pero la ilusión ahí apunta.
En total hemos
topografiado 418 m que, con los explorados, pensamos que la cavidad
podría alcanzar justo, justo el kilómetro de desarrollo. No es un mal
dato para tratarse de la última cavidad siglada en Itxina.
Afortunadamente ésta exploración nos está permitiendo desentrañar uno de
los misterios que encerraba Itxina, y aunque no se trata de una gran
cavidad, posiblemente se sumará a la decena de las que ya superan el
kilómetro de desarrollo.
El descenso al coche lo realizamos con dos graditos de temperatura, pero al menos ya no llueve.
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