La nieve continúa cubriendo con su blanco manto el Gorbea
y su espesor justifica disfrutarla en el exterior por motivos de
eficacia. espeleólogica y también de estética. Nos
acompaña Idoia del ADES que disfruta a tope de las hermosas
estampas montañeras invernales, ducificadas por un solete casi
primaveral.
Esta vez accedemos al mazico por la pista de Usabel.
Afortunadamente podemos alcanzar, justo, justo, el aparcamiento donde termina la
pista de hormigón, y aunque subimos sin equipo ni cuerdas, se
agradece.
Nuestro destino final es la gran depresión de Uburun trokea,
pero al llegar a Austingarmin, se nos ocurre que puede ser un buen momento para
dedicar a ver si localizamos algún boquete oculto que nos conduzca a las
cabeceras de la sima-cueva de Obarreta (2,5 km). Dedicamos una hora a este
objetivo Gepeseando dos puntos, el más intereante a priori un pequeño agujero
soplador (de escasa potencia) que se abre a unos 20 m al Este de los
restos de una txabola ubicada en la base de la gran vaguada que utilizamos para
acceder a Obarreta desde Austingarmin.
Entramos en Itxingote y dejamos de ver montañeros, Itxina es
Itxina. Prospectamos todo el fondo de la gran depresión sin localizar nada
interesante. El soplador localizado a primeros de enero, nos decepciona un poco.
La potente corriente de aire que vimos hace poco más de un mes, ahora apenas
tiene potencia para despejar la nieve que lo rodea. Nos quedamos con las ganas
de sacarle una foto elegante y motivadora. Aun así no perdonaremos un
tiento para ver si hay continuación.
El siguiente destino es Uburun Trokea. Llegamos y comemos en
la zona alta de esta monstruosa depresión, sentados sobre las mochilas
con el marco al fondo del impresionante Atxerre nevado. Eso sí,
en aquel paraje la roca sigue siendo la reina, pues sus innumerables
grietas y dolinas tragan toda la nieve que le echen. Al fondo de la gran
depresión no detectamos ningún agujero soplador. Remontamos la depresión y
continuamos hasta una modesta campa extrañamanente herbosa y
plana en donde hace años montábamos nuestros campamentos de Semana Santa, a
partir de ahí andar en la nieve se torna muy complicado e inclusive peligroso.
Es hora de volver. Alcanzamos el vehículo ya de noche, disfrutando del
reflejo de la luna sobre la nieve.
La primera foto.... impresionante.
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