Este fin de semana hemos estado expuestos a los peligros de la vida sedentaria, comida, bebida, etc.; incluso se dice que alguien ha llegado a sufrir ataques de amuermamiento (ligero habrá sido en todo caso). Hemos sobrevivido a tales peligros arropados por el colectivo (charlas con los amigos y puesta al día de los pormenores de la vida espeleológica) y, sobretodo, atendiendo a otros que, sin ser espeleólogos en sentido estricto, también ubican temporalmente su hábitat en el inframundo.
Habíamos sido emplazados en la Torre de Madariaga, en el Centro de la Biosfera de Euskal Herria, con sede en Urdaibai; allí los científicos que están trabajando en el proyecto Goikoetxe nos pusieron al día sobre los estudios que se están desarrollando en esa cueva singular; un trabajo abordado desde distintas disciplinas que arroja luz sobre el karst de Peña Forua y de Urdaibai en general.
Nos han ilustrado sobre muchos temas, entre ellos la figura de la “custodia del territorio” una cuestión en la que la gestión que lleva a cabo la Unión de Espeleólogos Vascos es pionera. Otros temas han sido la geología, hidrogeología, espeleo-cronología,… en lo referente a karstología física, aunque también ha habido sitio para la paleontología y biología, además hemos visto muchas fotos que nos mostraban la belleza de esa cavidad (que envidia).
El domingo hemos continuado con la Asamblea General de la UEV. Los temas tratados: que seguiremos insistiendo, que publicaremos un libro con lo de Goikoetxe, que nos hemos gastado una pasta en unos aparatos que toca amortizar y que tendremos que buscar otro secretario (por lo visto Javi ya está gastado), el resto seguirá aguantando hasta la próxima ocasión.
No hemos sido muchos, se han notado ausencias, sobre todo de los más jóvenes, pero si hay una cuestión que se va notando cada vez más: según los grupos van perdiendo chance en sus actividades de exploración pura (salvo algunas excepciones, solo los grupos nuevos o sin memoria pueden defender que son más activos que en el pasado), la EEE/UEV va cobrando cada vez más protagonismo en la espeleología vasca. Estamos pasando de aquellas jornadas y efímeras asambleas –poco más que una idea apasionada y apasionante- a jornadas, campañas, cursos, comisiones (catálogo, socorro, medio ambiente…), publicaciones, actividades interclub, etc. Todo esto hace que en conjunto seamos una gran familia -bien avenida a decir de muchos que nos ven desde fuera y que se sorprenden de la intimidad y afinidad del colectivo de espeleólogos vascos-.
Mientras tanto fuera no ha dejado de llover en todo el fin de semana, Gorbeia está todo nevado, parece que hemos acertado con el día; va a ser cosa de ir metiendo las raquetas y bastones en el maletero del coche.
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