El aviso de nuestra visita al campamento de la "Hoya del Portillo de Larra" surtió el efecto de que Chasco y “el Pecas”, pioneros también en la BU-56 y que casualmente se encontraban por Larra, se sumarán también al evento. Prometía ser un acontecimiento memorable.
Así las cosas nos reunimos a las 7 de la mañana en el aparcamiento de Linza un número de 14 participantes. La temprana hora, que trataba de evitarnos el rigor de la canícula, con calores extremos en estas fechas, no nos puso a salvo de lo que nos aguardaba, con una meteorología tan extrema que está dejando maltrecha la vegetación de la zona y que nos obliga a un generoso acarreo de agua.
El cálido recibimiento en el campamento de la Hoya y el entusiasmo de los participantes hizo que valorásemos aún más el momento y vivirlo con alegría, aunque el calor y un guía poco atinado consiguieron que alguno de los participantes se fueran quedando por el camino, sin llegar hasta la entrada de la cavidad (meta que quedó para los más tenaces). Tras las fotos de rigor emprendimos el descenso, con nueva parada en la Hoya. Momentos para compartir el rico anecdotario de las actividades que se han desarrollado y que se siguen desarrollando en esa parte del Pirineo navarro.
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