La mini campaña de Larra en el mes de junio se está convirtiendo en habitual en nuestro calendario espeleológico anual, aunque las fechas restringen la participación a quienes ya no están sujetos al calendario laboral o tienen flexibilidad.
Estamos acostumbrándonos a unas primaveras cada vez más espectaculares, pero en este caso, con una primavera que se da aires de verano, nos hemos sentido muy afortunados de estar en un lugar con temperaturas tan llevaderas y, además, con una falta de precipitaciones que nos ha permitido ir a lo nuestro, sin impedimentos ni distracciones.Hemos trabajado desde el Camping de Asolaze en Isaba, ya que, después de 30 años de colaboración, ha cesado la cesión a ARSIP del chalet de la estación de esquí de Bracas (en la parte francesa del macizo), que ha sido nuestra base de operaciones fuera del periodo estival.
En esta campaña nos hemos centrado en el sector comprendido entre los trazados de AN-8 y la “Red de Anielarra”, peleando por abrirnos camino hacia la zona profunda e intentando encontrar el tramo de colector que según sabemos circula entre ellas. Han sido tres las cavidades que han acaparado nuestros tenaces esfuerzos durante esta semana: AN-326, AN-327 y AN-329, aunque las corrientes de aire han hecho que nos dedicásemos con más insistencia a las dos primeras, en las que hemos trabajado en diferentes cotas.
Los resultados han sido bastante escasos, pero conocemos lo que nos espera ahí abajo y perseguir corrientes de aire nos alienta en la tenaz y fatigosa labor de dedicarnos a mover piedras.
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