El viernes por la mañana Esther y Aitor decidieron ir la RN-103 esa
misma noche, vivaquear dentro y así el sábado poder atacar con más ganas
a la escalada en el techo que queda pendiente en la
G. Olentzero. Tras las últimas compras de rigor (comida y unas esterillas
hinchables premium) nos dirigimos hacia Rasines. No son
horas, pero aun así nos tomamos el café de rigor, esperemos que la
cafeína nos ayude a no dormirnos mientras bajamos.
No tardamos en llegar al vivac, pero entre ponte bien y estate quieto
nos dan horas muy tardías, poco nos importa sabiendo que al menos al día
siguiente estamos a una hora de la punta.
Una vez en la escalada observamos que en las dos jornadas anteriores nos
hemos quitado un buen cacho, pero todavía nos quedan muchos tornillos.
Dado que nos estamos dedicando a innovar con todo tipo de anclajes nos
vemos obligados a escalar con llave 10, de
13 y de 16. Y no descartamos que acabemos usando también la de 17, ya
que metimos un porrón de parabolts. Por lo que tanta llave nos hace
bautizar la escalada como
la escalada del conserje.
Ya que hemos venido hasta aquí decidimos apurar el día al máximo,
consiguiendo quitarnos todo el techo, y dejando para la próxima sesión
la escalada de la chimenea. Todavía no podemos intuir gran cosa, solo
sabemos que aún nos queda bastante para poder acabarla
y echar a correr durante kilometro y medio por esas fantásticas
galerías que llevamos soñando tornillo tras tornillo.
Finalmente salimos a las 3.00 de la mañana, mucho más tarde de lo que
nos gustaría, ya que el domingo nos tocaba ir a la Asamblea del EEL en
Oñate
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