Entramos a la 103 tras haber disfrutado de una
mañana digna de primavera, mientras comemos y nos vestimos de cueveros.
Hoy descendemos a la galería de los Pozos, a trabajar sobre dos
incógnitas. En una de ellas tenemos puestas las esperanzas de avanzar
hacia Brenavieja. Llegamos hasta el fondo y tras rehacer bultos, un
equipo desciende el P-15 que barre el pequeño meandro. Su objetivo es
topografiar unos 100 m. vistos y continuar el avance en el meandro
estrecho y desfondado. A priori nada atractivo, pero mientras hay
continuación hay motivación. El otro equipo remontará la escalada
realizada el 08.07.2017 e ira a realizar la escalada del fondo de la
rampa paralela. Aquí es donde sí tenemos puestas las esperanzas.
Remontamos la escalada bien cargado de material,
para realizar la escalada y equipar lo que pudiera venir más allá.
Clavados los primeros tornillos, llega la decepción, la repisa en la que
esperábamos encontrar galería está colmatada, solo queda continuar
escalando hacia un tubo estrecho en lo alto de la bóveda. Varios
tornillos más tarde nos colamos por la estrechez y unos metros más
arriba podemos comprobar que la cúpula se cierra. ¿Por dónde demonios
marcha la corriente de aire nítida que percibimos en la base de la
primera escalada?. Nos ponemos a revisar todo recoveco penetrable. Una
nueva escalada corta y accedemos a una ventana , pero la nueva galería
rápidamente se desfonda sobre la rampa por la que hemos llegado.
Enfrente se ve un tubo, pero será más fácil retroceder y hacer una
pasamanos desde otro punto.
Clavamos el pasamanos y accedemos al tubo, pero
allí hay huellas, son las que dejó Jon de la primera escalada llegando
por el meandro paralelo. Revisamos de nuevo lo que vio Jon, por si
acaso. Allá arriba no hay continuación. Tras digerir la derrota, nos
disponemos a desequipar. Una vez aterrizamos en la base de la primera
escalada revisamos también, de nuevo, todos los recovecos. Aquí abajo se
percibe mejor el aire, arriba no es tan evidente. Un paso de hombros en
altura nos lleva a una estrecha diaclasa de la que vemos varios metros
por delante. Nos tenemos claro si el aire aspira por ella (parece viajar
hacia arriba), en cualquier caso así lo queremos creer al no haber
encontrado paso en las alturas.
Estamos ordenando el material y comiendo un poco
cuando oímos que el equipo de topo está subiendo el P-15. Han
topografiado lo visto, unos 100 m y cuando el meandro se ponía más
interesante y hacían pie en una pequeña galería por la que circulaba un
tímido regato, han llegado a un sifón impenetrable. Perciben algo de
aire también pero de nuevo escapa por estrecheces y no de modo claro.
Alli abajo han salido unos 200 m . de galería (100 estimados y no
topografiados, visto en julio de 2017) Desequipan el P-15 y ya todos
juntos solo nos resta decidir desequipar la zona y recuperar el material
embarrado, que está sufriendo bastante.
La chimenea activa que hay antes del pozo
desequipado, que nos llevaba a la G. de los Pozos, está bastante regada,
y pasamos un rato deshaciendo nudos y limpiando cuerdas. Las dejaremos
allí para continuar otro día con otra escalada, no muy lejana, y
también bastante ventilada y en la depositamos todas nuestras
esperanzas. Es el último cartucho que tenemos antes de cerrar la
exploración de todo éste sector que no queda lejos del fondo de
Cárcabas.
Y comenzamos a salir, que todavía nos queda más
de 4 horas de retorno. Nos recibe una madrugada también digna de
primavera, pero la decepción de hoy no nos permite disfrutarla más que
lo justo.
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