lunes, 22 de agosto de 2016

20.08.2016 Cueva lo Nuevo - exploración activos paralelos

Primer fin de semana tras nuestra campaña de Larra. El periodo estival está siendo muy seco, por lo que decidimos aprovechar para  irnos a Rasines y retomar la exploración realizada en enero del 2015 en la cueva de lo Nuevo.
Ya se nos había olvidado el arrastradero al que nos teníamos que enfrentar. Tras arrastrarnos un buen rato (todo el camino en realidad)  alcanzamos los regatos localizados hace ya más de un año.  
Vamos a por el primero y más evidente. El cauce está bastante seco, pero hay numerosos recovecos encharcados y unido a que continuamos arrastrándonos, es difícil mantenerse seco. Una charca de 3 m con paso bajo incluido termina por dejarnos bien mojados, pero la emoción de la exploración parece que rebaja el disgusto. Lo malo es que pocos metros más adelante un pozo de entre 4 ó 5 m para nuestro avance. Habrá que descenderlo, pero no queda claro si la continuación será al fondo o en una travesía a realizar en alto. Sacamos los trastos de topografiar y ahí llega el bajón. Ahora sí que se nota que estamos mojados y el aire circulante incrementa la sensación de incomodidad. Tras algunas penalidades llegamos aliviados hasta un punto de topo de enero del 2015 y paramos la topografía.

Hemos llegado por un afluente así que remontamos el riachuelo (continuamos arrastrándonos solo que la galería es un poco más ancha). Exploramos unos 100 y lo dejamos ante un nuevo paso bajo que esperamos poder forzar como lo hemos hecho en tramos anteriores. Está claro que la exploración de estos activos necesita época de máximo estiaje.


Vamos  a por el segundo regato. Los cantos rodados acarician nuestras rodillas y codos (continuamos arrastrándonos). El estrato de arenisca sobre el que corre el riachuelo se vuelve demasiado bajo, afortunadamente el aire escapa por un pequeño fósil. Unos metros más adelante vuelta a subir un poco más y nos introducimos en un estrecho meandro muy fósil. Nos podemos poner de pie, al menos en eso mejora. Después de superar algunos pasos estrechos alcanzamos de nuevo el cauce del riachuelo. El activo pronto nos vuelve a poner en avance a lo  “marine”. Llegamos a un paso angustioso en el que no podemos continuar y reculamos como podemos. El aire no viene por aquí. Unos metros atrás de nuevo una subida de un par de metros nos mete en el fósil. De pronto la galería se vuelve un poco más humana, y va mejorando.  A los 30 m un pozo de unos 4 m se interpone en el avance. Estamos “calientes” y con delicadeza y atención podemos superarlo en posición y continuar por el fósil, que está bien ventilado. A los 50 m llegamos a un paso bajo a desobstruir y paramos la exploración. Decidimos volver a la calle, que aun no estando más que a unos pocos centenares de metros, nos va a exigir unas cuantas y largas reptaciones.
De topo no habremos hecho quizá ni 100 m, pero habremos explorado unos 300 nuevos metros, lo que hace crecer la cavidad y junto con el aire nos motivará para volver a éste “pequeño infierno” eso sí, con arneses y sacas, auguramos que divertido no va a ser precisamente.  

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