Saúl, Aitor, Iñaki y David nos vamos para la G-130 a revisar
esta sima explorada hace varios lustros. La sima tiene una profundidad de 103 m
y según las crónicas, aire al fondo. También sabemos que tiene al menos un par
de pasos estrechos, como han pasado varios años, volvemos preparados para
ampliar si fuese necesario.
Ya en la boca, a 4 metros de profundidad nos toca el primer
estrecho, parece incómodo, pero tratable. Explicamos a Sául y a Aitor cómo pasar
con el descendedor colocado sobre los lazos. Cuesta pasar, pero se pasa......a
la vuelta seguro que será más devertido.
Aterrizamos en la base del pozo y nos recibe una salita cómoda
y húmeda. El siguiente pozo tiene otra entrada incómoda y húmeda, pero más
amable que la anterior. Un poco más abajo un goteo persistente amenaza con
mojar al que no ande listo. Nuevo pozo sin problemas, pero la cabecera del
cuarto pozo nos para en seco. ¿Cómo demonios pasamos por aquí en su día?, Está
claro que la entrada y especialmente esta nueva cabecera gestaron la leyenda de
la cavidad. Pero venimos preparados y sacamos los trastos para intentar
ampliar el paso. Finalmente queda una cabecera incómoda, pero transitable. De
nuevo un paso que seguro divertirá en la remontada a nuestros
noveles.
Una vez en el fondo de la sima, recorremos su corto
meandro en busca de algún atisbo de continuación, sin encontrarlo. Tampoco el
aire ayuda, hoy parece no ser un buen día para
estos menesteres. Un laminador largo y húmedo, a desobstruir nos quita las pocas
ganas. Por contra, un par de escaladas feas dejan la incógnita abierta quizá
para un futuro.
Comenzamos la remontada y tal como prometían los pasitos de
marras, se portaron como ogros malos. Los más experimentados
hicimos valer nuestras armas, pero Sául y Aitor tuvieron que enfrentar y
sufrir sus primeras cabeceras estrechas. Aun con todo salieron
airosos.
Alcanzamos el exterior ya de noche y nos reciben lor rayos de
una tormenta lejana, que intentamos plasmar en foto. Nos vamos con pocas ganas
de volver a pisar este ajujero, pero la mente nos dice que tarde o temprano
tendremos que volver a intentarlo.
AR-1 Sierra de Aralar
Esther y Pedro han estado colaborando intensamente
en las exploraciones de esta cavidad y no va a ser menos a la hora de
desequipar, así que les toca volver a la sima para completar el desequipe que no
se pudo cerrar la semana pasada.
Como tienen que bajar a menos profundidad, la tarea la
realizan con rapidez y para las 19 h o poco más estaban en la
calle.
La nota nefasta de la jornada no se produjo en el interior de
la cavidad, si no a la salida, cuando con inmensa sorpresa y mucho cabreo
descubrieron que amigos de lo ajeno se habían paseado por la remota boca de la
sima, robando todo lo que se les antojó.
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