Día invernal, nos presentamos en Elorrea Maiteder, Pedro,
Iñaki y David. Llevamos un plan tranquilo pues mañana hay que trabajar.
Descendemos al río que progresa en dirección clara hacia Urratxa, vamos a tomar
unas fotos y reconocer el final del río, que no andamos por estos lares desde
1.987. Estuvimos en el río también a mediados de año, para ver el caudal ante un
posible trazado, pero el fuerte estiaje de verano lo mantenía seco en aquellos
momentos; hoy circula un pequeño caudal (aprox. 0,40 I/s). El término final es
muy húmedo y difícil de ensanchar, pero no queda totalmente descartado. El
aire exhalante es evidente.
En la sala bajo el pozo que se abre al exterior, no
localizamos una vieja incógnita (paso estrecho con aire entre bloques) por
contra, bajo el talud de tierra y hojas, un descenso claro entre bloques nos
lleva a un punto sin explorar. Tras superar un paso bajo, avanzamos por un plano
inclinado y ancho unos 30 m. hasta que se inclina más y recomienda el uso
de cuerda. Dejamos pendiente la exploración pues no veníamos a ello y nos ha
sorprendido este descubrimiento en una cavidad que creíamos explorada al 95
%.
Cuando salimos, encontramos a Argi (que hemos dejado amarrado
junto a las sacas en el vestíbulo) bastante aliviado por nuestro regreso de las
entrañas de la tierra. La niebla y la intensa lluvia nos reciben en el exterior
confirmando que el otoño invernal ha llegado definitivamente.
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