lunes, 1 de marzo de 2021

27.02.2021 Cueva de Elorrea re-exploración sector oeste


 De nuevo nuestros pasos se dirigen a una cueva explorada ya hace 30 años. Elorrea es una cueva laberíntica y sucia que todavía guarda 2 ó 3 incógnitas de esas a las que hay que echar las ganas por estar protegidas por estrecheces y barro.

Vamos a por la incógnita que se ubica en el punto final del sector oeste. Antes, dedicamos un rato a una incógnita que se sitúa en una rampa descendente cercana a la boca G-119, boca superior y por la que hay que descender un pozo. Nosotros entramos por la boca cueva, más accesible y que no necesita cuerda.
En la rampa íbamos a buscar un punto en el que recordábamos había que instalar cuerda. Después de dar unas cuantas vueltas, no localizamos la rampa. Por contra, descendemos hasta un punto bajo en el que exploramos zona no pisada. Una desobstrucción corta, pero laboriosa, nos permite acceder a una ampliación, pero vemos huellas. No sabemos con qué galería hemos conectado exactamente, pero no tiene más interés para nosotros dentro de éste laberinto de 4 kms.

Seguidamente nos vamos para el sector oeste. No recordamos casi nada del camino, pero tiene poca pérdida, eso sí, es más incómodo de lo que esperábamos. Alcanzamos la cabecera estrecha de P-15 y tras equipar tenemos que dar una cuantas vueltas en el fondo para darnos cuenta que la continuación que nos interesa no está allí abajo. A medio pozo el aire nos muestra el camino. Equipamos un pasamanos para superar un desfonde que sospechamos en su día hicimos a kapela. Un poco más allá un nuevo pozo en el que tampoco encontramos los viejos spit. ¿Cómo y por dónde bajamos aquello?.
Abajo nos espera un largo meandro en el que las concreciones y algunas estrecheces nos entretienen. Continuamos sin recordar nada sobre el camino.
Finalmente el meandro se amplia, para nuestro alivio, y 50 m más adelante alcanzamos la zona final. Por un lado tenemos una estrecha y sucia gatera, y tras ella se escucha el rumor de agua unos 15 metros más abajo. Por otro lado, un meandro amplio y ascendente nos lleva pronto a un nuevo pozo. Lo descendemos, pero abajo está totalmente colmatado. Reparamos en una escalada a hacer sobre el pozo. Arriba nos espera una amplitud, que esperamos nos de la llave para continuar. No sabemos ciertamente si la escalada la hicimos en su día. Creemos que no. Aquí tendremos que volver con más material y también de escalada.
El tiempo se nos agota, pero antes queremos echarle una mirada a la gatera sucia. Tras superar el paso avanzamos unos metros en altura por un meandro que se encaja. hay que equipar pozo para saber cómo termina abajo. Tenemos que ampliar un poco la gatera para salir, pues cuesta arriba pesa más superar su reducida sección. 
Tanto en la gatera como en la escalada percibimos la corriente de aire que entra. Nos retiramos porque el toque de queda (hay que estar en casa a las 22 h) nos marca el fin de la exploración.
Alcanzamos el exterior embarrados y algo cansadillos. Poca espeleo en los últimos meses y la cueva es peleona. Esperemos que lo visto al fondo, sobre todo la escalada, nos den alguna alegría.
 

 

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