sábado, 27 de abril de 2019

20.04.2019 RN-85 y RN-86 re-exploración

Queremos aprovechar el día soleado que anuncia la meteo, y que no queremos volver muy tarde a Bilbao para realizar una revisión de las simas RN-85 y RN-86.
Con la nueva exploración que estamos realizando en el fondo de la RN-103, intentado avanzar hacia la Red del Silencio, y lo difícil que nos lo está poniendo, no queremos dejar pasar la remota posibilidad de que alguna de las cavidades conocidas y situadas sobre de uno de los hipotéticos ejes de galerías escondiese una oportunidad de descenso hacia la zona profunda.
Las dos cavidades elegidas tiene algo de corriente de aire y no sabemos si solo por estar relacionadas entre ellas o si quizá el aire asciende desde zona profunda.
Tras una larga búsqueda de ambas bocas dificultada por la maleza, y sus exiguas dimensiones, entramos en las dos cavidades en paralelo. En las anotaciones de exploración de 1.981 se indica que hubo una posible conexión acústica entre ambas. Hoy no conseguimos corroborar ésta relación acústica.
Ambas cavidades son de un desarrollo y profundidad modestos, pero no conseguimos agotar todas las posibilidades de exploración..... queda pendiente una revisión más a fondo.
Y hablando de fondos, en el fondo de la gran dolina de las Estranguadillas detectamos un soplador no conocido. Después de dos horas de desescombro apreciamos una pequeña gatera freática a la que tendremos que dedicar más tiempo. La presencia de las vecinas RN-85 y 86 nos hacen dudar del interés de ésta desobstrucción, pero, por otro lado, nos parece que ésta ratonera lleva más aire que sus compañeras por lo que también refuerza nuestro interés por ella. Necesitaremos una sesión más de desescombro para ver cuánto de difícil nos lo pone y ahí tendremos que ver si desistimos o insistimos.


18.04.2019 RN-103 escalada en galería Olentzero


Arrancamos para la RN-103 dejando atrás una mañana lluviosa y desapacible que no recordábamos haber sufrido desde hace bastante tiempo. Hoy es jueves, primer día festivo de Semana Santa y tenemos en cuenta que queremos realizar una nueva exploración el sábado.
Nos dirigimos a la galería Olentzero. Tenemos dos objetivos. El primero "amarrar" mejor el gran bloque que pende sobre el acceso a la sala Gorda con el cable de acero que ha traído Jon. El segundo, realizar una escalada vista hace unas semanas, avanzados unos 500 m en la galería Olentzero. 
 
Una vez reforzada la sujeción del gran bloque, aunque todavía no quedamos confiados en que si éste basculase podríamos sujetarlo, vamos a por la escalada.
La escalada comienza en un pequeño extraplomado que superamos tras clavar 4 tornillos incómodos, luego el avance mejora. Cuando estamos a unos 6 m de la ventana podemos observar que aquello tiene buena pinta, pero apreciamos morfología freática ligeramente ascendente por lo que no nos fiamos. Una vez alcanzamos la ventana y avanzamos unos metros pisando suelo comprobamos que la galería se colmata. Hicimos bien en no lanzar campañas al vuelo. Toca desequipar.
Nos sobra todavía algo de tiempo y aprovechamos para tomar varias fotos en los alrededores de la escalada y en el camino de vuelta. Cuando alcanzamos el coche apenas llueve haciendo menos problemático de lo esperado el cambio de ropa y retirada.




lunes, 15 de abril de 2019

13.04.2019 RN-103 - Galería La Jincana


De nuevo descendiendo a la 103 en dirección a la galería Cochina (-330 m.p), aprovechando que la meteo está estable. Entramos: Esther, Ruben, Iñaki y David. El caudal del río está un poco más alto de lo habitual, pero no incide en la progresión.

Nos presentamos en la base de la escalada que nos frenó en la anterior exploración. El barro ralentiza un poco la ascensión pero arriba nos espera el premio. Hay un poco menos de barro y lo más importante, se ve conducto de continuación. No es que nos quejemos, pero 15 m más adelante de nuevo frenados, menos mal que ahora es solo para equipar pozo, pero continuamos gastando cuerda y anclajes en ésta "pista americana". Abajo continúa pero a los pocos metros de nuevo pozo. Toca cortar cuerda sobrante de la anterior dificultad para liberar la otra cuerda larga que traemos y afrontar el nuevo descenso. Mientras se equipa el nuevo pozo (y ya estamos metidos de nuevo en el barro) exploramos una estrecha lateral que abandonamos a los 15 m. hay agua embalsada y baja el techo, para pasar hacer falta bañarse... puag.
 
Una vez Esther toca suelo en el nuevo pozo grita algo ininteligible pero su voz se pierde, está claro que ha salido corriendo... debe haber continuación. Por detrás vamos topografiando así que cuando llegamos a la base del pozo nos la encontramos esperando, le ha parado un nuevo pozo. La mala noticia es que ya no tenemos más cuerda, la buena, que tenemos un rato de topografía por delante. Continuamos con la topo y Esther explora una lateral que conecta de nuevo con la galería por la que avanzamos. Por lo menos dará algunos metros más. El pozo final se inicia con un resalte resbaladizo que destrepa Ruben y a continuación un salto de unos 7 m no destrepable. Tenemos que empalmar los pedales del puño para que Ruben pueda subir el resalte.
Terminada la topo toca comenzar la retirada, pero queremos hacer algunas mejoras en la instalación ahora que sabemos que tocarán varios descensos a éste sector (hemos visto 2 ó 3 escaladas a hacer). Menos de 4 horas de salida no nos quita nadie. 

Salimos también controlando la tímida corriente de aire. En la punta hay algo en sentido entrante mientras que en alto de la escalada de hoy el aire ha cambiado de sentido (no sabemos si porque la temperatura ya nocturna en el exterior habrá bajado). Alcanzamos la superficie a las 2,30 h de la madrugada. Estamos contentos, la suma a vista alzada de lo topografiado nos dan 350 nuevos metros. Decidimos llamar al avance de hoy galería La Jincana. Eso sí, el barro y el fuerte endeudamiento en material continúa y solo esperamos que la aparición previsible de más barro y más agua, y más gasto de material, no complique aun más la exploración.



martes, 9 de abril de 2019

2019-04-06_EL REBOLLAR























Este es un fin de semana de colaboraciones. Mientras unos se van a la Cueva de Arenaza invitados por los del Burnia otros nos vamos al Rebollar con los del Takomano.
La tarea previa de calibrar un par de lasermetros, que se alarga más de lo previsto hace que cambiemos el plan inicial, yendo a revisar una zona que, aunque lejana, parece que va a requerir menos tiempo.
La zona es un enrejado de galerías laberínticas que ya está parcialmente explorada y que hay que revisar; después de mirar algunos arrastraderos descendemos una primera parte de destrepes que acaba en un pozo angosto y ventilado que termina haciéndose impenetrable.
La topografía resulta breve, lo que nos deja tiempo para ir a retirar los restos de un vivac y para tomar algunas fotografías.




viernes, 5 de abril de 2019

CONSIDERACIONES SOBRE LOS TORNILLOS ROSCAPIEDRA MMS-10


Iñaki Latasa. GAES de Bilbao. Abril 2019

Decíamos hace ya algún tiempo (Karaitza nº 18) que la normalización en cuanto al uso de anclajes en espeleología (con el Spit M-8 mm como estándar) está siendo cuestionada por todo un aluvión de nuevos materiales que suponen alternativas con diferentes ventajas; decíamos también que acabará por imponerse una nueva norma derivada del uso común de uno de ellos y que, seguramente ese anclaje será un anclaje roscapiedra de Ø10 mm.
Cada grupo tiene una forma de funcionar y unas necesidades acordes con ese funcionamiento. Por nuestra manera de hacer las cosas a menudo usamos materiales que solo salen de la cavidad para alguna esporádica sesión de mantenimiento, por eso necesitamos anclajes que pueden ser reutilizados muchas veces y que puedan estar instalados durante mucho tiempo en lugares en los que la fatiga de uso no los convierta en elementos peligrosos.
Según nuestra experiencia el anclaje MMS-10 de Multimonti reúne muchas ventajas para convertirse en un anclaje estándar, aunque tiene algunas características que no son precisamente ventajosas, como una longitud excesiva para la mayoría de los usos que se dan en espeleología y un diseño de su cabeza, que no facilita el uso de la llave; existen en el mercado otras marcas que superan a este anclaje en cuanto a diseño pero, que nosotros sepamos, no tiene rival en cuanto a resistencia y a condiciones de uso.
En estos momentos, además del tornillo clásico con cabeza de 16 mm -que requiere una llave que solo sirve para esos tornillos-, se puede encontrar en el mercado otros Multimonti con cabeza de 13 mm (el mismo tamaño que los tornillos M-8 de los Spit), en los que también se ha mejorado el diseño de la cabeza, emulando la de roscapiedras de otras marcas.

Tornillos MMS-10
Para saber a qué atenernos hemos previsto varios ensayos que queremos compartir con los demás espeleólogos, esperando que contribuyan a la reflexión y discusión sobre el tema.
Los primeros de estos ensayos han consistido en pruebas de esfuerzo en la introducción de tornillos MMS-10, tanto con cabeza de 13 como de 16 mm.
En una segunda parte abordaremos los ensayos de resistencia de anclajes mecanizados para obtener un diseño que esperamos sea más eficaz, pero eso será ya en una segunda entrega.

PARTE I. MMS-10  CON LLAVE 13 mm/16 mm
A nuestro juicio el uso de una llave de 16 mm es a un mismo tiempo una desventaja y también una ventaja. Es cierto que usar anclajes que puedan ser usados con una única llave es una ventaja, pero teniendo en cuenta que estamos usando anclajes roscapiedra –que exigen tallar la rosca con el propio tornillo- también es una ventaja tener una llave más larga que haga menos esforzado introducir ese tornillo gracias a su mayor brazo de palanca. El tipo de llave no es un problema relevante para nosotros, ya que usamos los mismos tornillos para todo y por eso solo necesitamos un tipo de llave. El tamaño de la llave ha de ser determinado por lo que nos conviene y no por el tipo de anclaje que se utilizaba en el pasado.
Los ensayos se han hecho de dos formas diferentes:
a) un “ensayo sensitivo”, basado en las sensaciones que percibimos al aplicar un esfuerzo para tallar la roca al enroscar el tornillo
b) una prueba de esfuerzo con llaves dinamométricas.







Ensayo a:
Se ha utilizado una misma llave –con extremos tanto para cabeza de 13 mm como de 16 mm- lo que supone un brazo de palanca igual en ambos casos.
Lo primero que podemos apreciar es que es necesario un esfuerzo muy superior con los tornillos de 13 mm; observando los tornillos vemos el porqué de estos esfuerzos dispares al constatar que el fileteado helicoidal de los tornillos de 13 mm es mayor, con lo que supone un mayor obstáculo al roscado. Hay que considerar que la llave empleada (la misma para los distintos tipos de tornillo) era de una longitud superior a la que poseen las clásicas llaves de 13 mm, por lo que el esfuerzo aplicado con una llave normal deberá ser aun mayor -un esfuerzo poco deseable en situaciones incómodas-.

El paso de rosca en los dos tornillos es el mismo, pero el diámetro superior del fileteado del tornillo con cabeza de 13 mm hace que una vez tallado el orificio con él, si usamos en el mismo orificio otro tornillo, pero con cabeza de 16 mm,  este tendrá una holgura mayor y una tendencia mayor a desenroscarse. En el caso contrario el orificio puede ser usado sin problema, con la salvedad de que la tarea exigirá una segunda fase de tallado al ser mayor el diámetro del tornillo que el de aquel con el que se roscó inicialmente el orificio.

 
Ensayo b:
Para poder cuantificar el esfuerzo que es necesario ejercer con uno u otro tornillo empleamos llaves dinamométricas. El método seguido consiste en ir definiendo valores crecientes para los esfuerzos que se pueden aplicar, hasta que el valor fijado supera el de la fuerza que es necesario ejercer. La primera observación es, como cabe esperar, que según el tornillo penetra más es necesaria una fuerza mayor para seguir avanzando.
La resistencia de cada orificio a ser roscado muestra ciertas variaciones –pese a tratarse de la misma roca- y aunque esta resistencia se mantiene dentro de un rango según el tipo de tornillo, si que se evidencian medias muy diferentes  según sean de cabeza de 13 o de 16 mm. Podemos establecer que es necesario ejercer una fuerza que supone prácticamente el doble en los tornillos con cabeza de 13 mm respecto a los de cabeza de 16 mm.
 






Fuerza de roscado según la longitud de penetración

 
 

CONCLUSIONES
Tanto en las pruebas objetivas como en las subjetivas se aprecia una gran diferencia en el esfuerzo de roscado, siempre a favor de los tornillos con cabeza de 16 mm.
Estos tornillos están pensados para ser usados en hormigón y podrían prestar un buen servicio con materiales más blandos que las calizas que nos encontramos normalmente, pero con este tipo de roca la ventaja que supone emplear una llave de 13 mm no compensa.
Esperamos que los nuevos tornillos con cabeza de 13 mm no desplacen en el mercado a los tornillos con cabeza de 16 mm, hasta el punto de que acaben por desaparecer estos últimos; a la vista de los resultados no quisiéramos quedarnos sin nuestros tornillos habituales, asumiendo que otros tornillos tienen otras ventajas que en la práctica nos parecen algo secundario.


    CARACTERÍSTICAS DE LOS TORNILLOS
Cabeza de 16 mm
Cabeza 13 mm
Longitud:   60 mm
Longitud:      60 mm
Ø externo: 10 mm
Ø externo: 10.5 mm
Ø núcleo:  7.4 mm
Ø núcleo:     7.3 mm


MMS-10 mm Multimonti