Cuando
llegamos a la campa de Arraba, el paisaje invernal nos regala una de
sus bellas estampas, la cencellada viste de blanco los árboles de la
cima de Gatxarrieta y al fondo, la zona alta del bosque de Basatxi que
se ve desde Arraba, completa y potencia el cuadro.
Pero no
hemos venido a sacar fotos por lo que después de comer a la carrera,
aguijoneados por el viento helador, nos vamos para la sima.
No
bien alcanzamos la zona de trabajo, descubrimos que el taladro no
percute, cuando intentamos plantar un par de tornillos para extender la
escala con la que queremos facilitar el tránsito por el nuevo y barroso
resalte final de tres metros de desnivel.
Después de asumir
el varapalo, remontamos y a las 14,30 h estamos de nuevo en superficie.
Mira tú por dónde tendremos tiempo para irnos de fotos. Aprovechamos
también para hacer una ligera prospección por el margen Sur de la
depresión de Kargaleku y por debajo de las dos neveras. Relocalizamos
una sima marcada pero no descendida en la que será preciso despejar 3
bloques medianos en cabecera para descender. El pozo no es profundo ni
su aspecto motivador. Más adelante localizamos un amplio pozo en rampa,
que está junto al sendero, y dudamos si lo tenemos descendido porque con
solo lo que se ve ya invita a catalogarlo, pero no lo está.
Atardece
y la temperatura comienza a descender aún más, lo que nos empuja a
retiramos pronto y aprovechar para pasar por el río de Areatza a limpiar
el material.
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