lunes, 4 de marzo de 2019

02.03.2019 Prospección en Valseca

 De nuevo disfrutamos de un día primaveral que aprovechamos para trabajar en el exterior, en concreto en el valle de Valseca (Rasines). Iniciamos la jornada desplazándonos hasta la sima de Castaños de Doña Luisa para tomar coordenadas de su boca. Después nos vamos hasta el soplador que comenzamos a desescombrar hace dos semanas, también para tomar coordenadas.
No lejos hacemos un pequeño reconocimiento de la RN-254 explorada hace muchos años, no vemos ninguna posibilidad de continuación.
Seguidamente ponemos rumbo hacia el cortafuegos que se abre bajo el cableado de las grandes torretas de electricidad que cruzan Valseca. Queremos aprovechar que se ha estado limpiando recientemente para ver si nos podemos colar desde él hacia posibles lugares de interés a prospectar. Los laterales en el cortafuegos están muy cerrados por la maleza ofreciéndonos pocas posibilidades para penetrar en la jungla de maleza y zarzas. 
Optamos por continuar avanzando por lo despejado para ver hasta dónde podemos llegar y fichar otras posibles entradas de interés hacia la maleza. En una zona en el que aflora la caliza con más protagonismo localizamos una cavidad que no tiene malas pintas. Después de pelear un rato con las zarzas y la madera que han arrojado a su boca, podemos comprobar que no tiene continuación. Continuamos la prospección llegando no lejos del barrio de la Helguera y reconocemos un par de pistas laterales,  abiertas para trabajar las torretas. 
Ya de regreso, terminamos progresando por una de las aperturas vistas en la maleza y avanzando como podemos machete en mano, y sin dirección fija recorremos un sector en el que localizamos varias dolinas pero ninguna nos da oportunidad de profundizar hacia el subsuelo. 
Al final acabamos desembocando por un viejo sendero a una de las pistas abiertas para las torretas. Vamos un poco desmoralizados y un tanto arañados, pero a medio kilómetro de alcanzar el vehículo reparamos en una dolina que no tenemos claro si está revisada. Insistimos, con tan buena suerte que localizamos un ínfimo punto en medio del fondo terroso por donde exhala algo de aire. La gepeseamos, aunque queda bien grabada en nuestra memoria la dolina, dado que en éste sector del karst las incógnitas a explorar son excepcionales. Alcanzamos el vehículo todavía con luz. Hoy volveremos a llegar a Bilbao en una hora poco habitual.


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