jueves, 9 de octubre de 2025

27-09/05-10-2025 CAMPAÑA DE OTOÑO. INTERCLUB ANIELARRA OESTE


 

Como viene siendo habitual durante el otoño el Interclub Anielarra Oeste ha celebrado una mini campaña durante los días 27 de septiembre y 5 de octubre, en la que han participado 11 espeleólogos de los diferentes grupos que componen el interclub.

Como centro de operaciones hemos contado con el refugio de la ARSIP en la zona de esquí de fondo de Bracca, en la parte francesa del macizo; celebramos que hayan desaparecido las dificultades que impidieron que pudiésemos contar con esas instalaciones en nuestra pasada campaña de junio.

La tarea ha sido proseguir con los objetivos a los que este colectivo lleva entregado desde hace bastantes años: unir algunas de las cavidades que integran la Red de Anielarra. Conseguir la unión entre todas las cavidades que comparten el colector que circula entre Anielarra y la Red de Arrestelia (el San Jorge norte) convertiría la red resultante en un gigante subterráneo.

Los tramos inconexos entre las distintas cavidades suponen objetivos distintos y no nos resulta posible acometerlos de forma conjunta; por eso en este caso nos hemos centrado en el espacio que existe entre la red de Anielarra (en la parte superior del conjunto) y la sima AN-8, escenario de algunas de nuestras primeras actividades en el macizo.

Esta vez las simas elegidas han sido AN-326, AN-327, AN-329 y AN-330 y la tarea ha consistido, sobre todo, en mover escombros intentando abrirnos paso a través de ellos. El caso más relevante es la sima AN-326, donde hemos alcanzado la cota de -275 m y donde algunos afirman haber escuchado el murmullo del río que, como sabemos, circula por debajo. La continuación exige abrirnos paso en una zona de falla, con una roca muy fragilizada por la actividad tectónica, tarea que exige un gran esfuerzo y buen dominio de maza y barramina, y que es alentada por una juguetona corriente de aire.

En las otras cavidades la tarea ha sido parecida, pero aún nos encontramos lejos del colector y un poco desplazados respecto a él; el trabajo por delante se presiente largo, aunque en alguna de ellas la corriente de aire es bastante motivadora.

 

En la sima AN-330 nos encontramos con una gran sorpresa cuando pretendíamos proceder al levantamiento topográfico. En la base del pozo de entrada, de 9 m de profundidad, un gran ciervo, muy vivo y excitado, hacía que prefiriésemos dejar esa actividad para otra ocasión. 

Dos días después el ciervo fue extraído al exterior por medio de polipastos, tarea complicada pues el gran macho de cinco años parecía no tener claras nuestras intenciones y no se dejaba. Finalmente atarle por los cuernos dio buen resultado, haciendo malos los pronósticos de alguno, que no creía que aguantarían todo su peso. Una vez en el exterior apenas dejó cortar las cuerdas que lo inmovilizaban y salió disparado. Ni siquiera dio las gracias.

A nuestra llegada al macizo encontramos un otoño que estaba bastante retrasado para la época y la altitud en la que nos encontrábamos, pero cuya evolución hemos podido seguir día a día, hasta que, en lo mejor, hemos tenido que dar la campaña por terminada.

La meteorología ha sido óptima para la práctica de la espeleología, con unas condiciones del terreno bastante secas; aunque esa sequedad ha repercutido en una mayor dificultad para conseguir la habitual provisión diaria de setas.

 


 

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