lunes, 29 de agosto de 2016

27.08.2016 Cueva lo Nuevo - exploracion de uno de los activos

De nuevo, y aprovechando la fuerte seca, dirigimos nuestros pasos a la cueva de lo Nuevo en Ojebar. Ésta vez toca arrastrarse con arneses y sacas pues vamos a descender uno o los dos pozos que nos detuvieron la semana pasada. Primero le dedicamos un buen rato a dulcificar, pala en mano,  algunos pasos bajos que obligaban a tirar bastante de hombros. Llegamos a los activos, y decidimos -in situ- ir a por el segundo rio. Fácil elección pues hasta lo que conocíamos no tocaba mojarse, por el contrario el pago estaba en que deberíamos arrastrarnos por más tiempo.
Primero instalamos un pasamanos por encima del pequeño pozo que superamos la semana pasada en libre y nos presentamos en el final alcanzado. Unos pocos metros más allá la galería termina cerrándose y colmatada de piedra y arena. No se nota corriente de aire . Por el momento lo damos por finalizado, a pesar de que la galería que nos ha llevado hasta allí, es la más elegante de la cavidad. De regreso eliminamos una incógnita lateral y comprobamos que los desfondes se hacen impenetrables y no nos permiten descender hasta el río. Retrocedemos hasta el pozo, lo instalamos y abajo volvemos a retomar el cauce. Justamente donde descendemos llega otro cauce, que a priori tiene mayor envergadura. Lo remontamos por unos 100 m y abandonamos la exploración (¿se corresponderá con el cauce paralelo explorado la semana pasada,  en el que tenemos otro pozo por descender?)
Tiramos hacia abajo, que por el momento es lo que más nos interesa a priori, pero a los pocos metros aparece un nuevo pozo. Abajo, al tirar piedras para sondear, se escucha un estanque profundo. Afortunadamente en la base hay un paso que nos evita bañarnos, pero para continuar de nuevo hay que echar cuerpo a tierra. En alto dejamos una pequeña travesía artificial  pendiente para alcanzar un modesto conducto fósil. Río abajo avanzamos y por dos veces conseguimos burlar, mediante cortos tramos laterales ligeramente elevados sobre el cauce pasos impenetrables por los que el agua continua circulando. El aire se hace notar, pero finalmente el conducto fósil se estrecha y volviendo sobre el cauce un paso largo y muy bajo -que no superamos hoy y no está nada claro que vayamos a poder superar- pone final a la exploración del día.
Dejamos los pozos instalados y nos retiramos pues tenemos hora y media de paseo, excesivo tiempo para recorrer un desarrollo de apenas unos pocos centenares de metros. Alcanzamos la calle a las 22 h con gran alivio para brazos y piernas que dejan de remar, y cabeza que vuelve a retomar su  posición natural. 

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