lunes, 22 de junio de 2020

20.06.2020 Gorosteta / G-306 y G-307



En ésta ocasión, y de nuevo con un cambio de fase en el estado de alarma por Covid-19, por la que alcanzamos la fase: "nueva normalidad", decidimos por fin hacer espeleología de exploración.
Nuestro destino es la ladera Este del pico Gorosteta, que mira sobre la Campa de Arraba. Dos simas localizadas en prospección del día 19.02.2020 esperan su correspondiente exploración.
La sorpresa de la mañana de produce cuando al llegar al cruce del monte Upo, encontramos numerosos coches aparcados y a los guardas del Parke controlando el acceso. Estamos todavía a 6 kms del aparcamiento de Pagomakurre y tememos por nuestra jornada de exploración.

Afortunadamente cuando nos identificamos como los espeleólogos que trabajan en el Parke y mostramos nuestro permiso para vehículos, se nos permite continuar.
Subimos cargados hacia nuestro destino, cargados de material, pero también de ilusión. Ambas simas se ubican no lejanas -por un lado- sobre la vertical del final del río de la cueva de Elorrea y por otro lado sobre las cabeceras del río de Itxinape`ko Sarea. Podrían depararnos un agradable sorpresa.
La G-306 nos presenta un único pozo de 12 m de desnivel al que le sumanos unos 40 m de galería, que no presenta continuación. La caída al suelo del Dixto al sacarlo de la bolsa, y encontrarnos tomando coordenadas a unos 6 m por encima de la boca (y el suelo de la dolina), termina en tragedia. Rotura parcial de la base del Dixto y en consecuencia no podremos topografiar.

Tras comer, nos desplazamos hasta la sima que catalogamos como G-307.  Presenta una primera vertical de al menos 25 m y parece que exhala algo de aire.
Finalmente alcanzamos la base de la sima tras descender un P-35 y un P-14.
En el fondo localizamos una tímida posibilidad de continuación en un estrecho meandro por el que parece llegar una ligera corriente de aire. Anotamos la incógnita para volver. El tamaño y la morfología de la sima nos hace abrigar esperanzas de que pueda continuar.
Ya en la calle y sin poder topografiar, decidimos no abordar la exploración de otras cavidades en los alrededores y dedicar el resto de la tarde a disfrutar del elegante día de verano y las hermosas vistas que tenemos, desde la arista cimera en al que nos encontramos, sobre el valle del río Padrobaso y también de la Campa de Arraba.
Llegando al anochecer a Pagomakurre observamos cómo muchos coches han abandonado el aparcamiento, pero quedan todavía numerosos vehículos y lo más curioso, al menos contamos 20 furgonetas preparadas para pasar la noche.



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