miércoles, 30 de marzo de 2016

26.03.2016 ITX-200 escalada en G. Senda del Viento‏


Tenemos ganas de volver sobre el Gorbea y la meteo anuncia buen tiempo. Al menos para la mañana. Sin saber muy bien cómo está de nevado Itxina, nos vamos para la ITX-200: Esther, Pedro, Iñaki y David. Tenemos pendiente de finalizar una escalada desde hace más de un año, en la G. Senda del Viento.
Nos recibe un Gorbea luminoso, pero la nieve no nos deja subir con el vehículo hasta la Campa de Arraba. El paseo hasta la sima se hace más incómodo de lo previsto; hay que hacer huella en la nieve y a veces nos hundimos 40 cm. o más.
El descenso por la sima ya nos anuncia que no va a ser un día fácil. El deshielo está trabajando a buen ritmo y solo hemos visto una vez más agua en ésta sima y nos tuvimos que retirar. Hoy le damos zapatilla al descendedor y que se lo que quiera. Nos juntamos en Beste Gela, todos bien empapaditos. Nos entrará la risa a la subida. Confiamos en que el largo trayecto hasta la Senda del Viento nos seque, pero no es así. Recuperamos la cuerda de escalada de la Lavadora (chimenea regada, hoy cascada tipo Niagara).
La escalada nos recibe seca al menos, pero subiendo unos metros más el barro hace su aparición y pone finos a Esther y Pedro. La cercana catarata pone ambiente, humedad y aire en circulación. Aprovechamos también para sacar alguna foto y revisar cómo está el pasamanos que dejamos equipado por encima del pozo de la Rana.
Finalmente la escalada no nos pone buena cara y se decide desequipar y abandonar, más o menos  a +25 y ante chimenea que continúa hacia arriba, sin mucha pinta de ir a ningún lugar interesante.
Ya de retirada, en la Sala Lexardi hacemos una parada para intentar tomar una foto que la haga justicia.
Llegados a la base de los pozos de salida nos parece que hay algo menos de agua, y nos alegramos, pero nos da lo mismo, una vez te colocas en la vertical y comienza a caer el agua encima te das cuenta que es pobre consuelo. Pero lo peor nos espera en la calle. Llegamos empapados y nos recibe una noche ventosa y nevando. La vuelta al coche se hace larga y heladora.
Al menos hemos disfrutado del paisaje nevado y hemos podido cerrar la escalada a medio hacer, que ya llevaba mucho tiempo en la agenda. Aunque también pensamos que el precio pagado en un poco elevado.

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